«Nadie tiene impunidad en este momento ni en ningún momento», dijo Castro, golpeando la mesa con el puño, durante un maratoniano encuentro con la prensa. «Nosotros no podemos darnos el lujo de ser tolerantes con ellos», añadió.
Castro confirmó que dos hombres fueron arrestados y serán acusados de provocar desorden social después del altercado del miércoles en un parque de La Habana, donde estudiantes y simpatizantes del Gobierno se enfrentaron con estos dos hombres cuando sacaron pancartas y hablaron con la prensa. La prevista marcha opositora finalmente no se desarrolló.
Por otro lado, otros 20 disidentes en toda la isla siguen arrestados temporalmente, y 40 han sido detenidos en lo que va del mes, como respuesta del gobierno a la actividad opositora prevista para estos días, informó la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional. «Está teniendo lugar una de las mayores oleadas de represión política en los últimos años», afirmó en un comunicado Elizardo Sánchez, presidente de la comisión.
Castro añadió que si las fuerzas de seguridad no hubieran contenido a los jóvenes, el incidente habría sido peor debido al carácter ofensivo de las pancartas de los opositores, que decían «Justicia para los niños asesinados» y «Exigimos derechos humanos».
Además, el presidente leyó los antecedentes criminales de los dos detenidos, en un claro intento de demostrar públicamente que la minoritaria oposición cubana está formada por delincuentes animados por Estados Unidos.
Para hoy está previsto un encuentro de numerosos grupos de la disidencia, incluso los principales opositores como Elizardo Sánchez y Osvaldo Payá, que afirman representar la oposición pacífica al sistema unipartidista de Castro.
«Todo el mundo sabe que están tratando de sabotear esta cumbre. En los enemigos hay irritación, hay frustración, están desesperados, porque saben que la cumbre va a ser un éxito», dijo Castro, señalando que los disidentes internos no llegan a 40 personas.