La aprobación de la UNTAET está recogida en una resolución adoptada por el Consejo de Seguridad, en la que se acepta el diseño hecho por el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, respecto a la forma que deberá tener esa administración transitoria. El Consejo acepta así el despliegue de una fuerza de hasta 11.000 hombres, que constará de 8.950 soldados, doscientos observadores militares y 1.640 policías civiles.
Esa fuerza multinacional, encargada de restablecer la ley y el orden, será desplegada bajo el capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas, lo que le autoriza a «tomar las medidas que sean necesarias para cumplir su mandato», incluido, señalan, el uso de la fuerza. La UNTAET, que también contará con un número aún indeterminado de civiles, estará dirigida por un representante especial del secretario general de la ONU, que será el brasileño Sergio Vieira de Melo, subsecretario de la ONU para Asuntos Humanitarios.
La resolución, que prevé en principio el establecimiento de la UNTAET por quince meses hasta el 31 de enero del 2001, ordena a esa administración transitoria garantizar la seguridad y mantener la ley y el orden en todo el territorio.
Además deberá establecer una administración efectiva, asistir al desarrollo de los servicios sociales y civiles, asegurar la coordinación y entrega de ayuda humanitaria y la ayuda a la rehabilitación y el desarrollo.
La UNTAET tendrá que contribuir asimismo a la capacidad de autogobierno del pueblo timorense en su camino hacia la independencia. El Consejo de Seguridad hace así alusión a la violencia desatada por las milicias proindonesias tras la votación popular celebrada el pasado 30 de agosto en Timor Oriental, en la que la mayoría de la población se mostró partidaria de la independencia de Indonesia.
En las declaraciones anteriores a la votación, un representante de Gran Bretaña afirmó que con la aprobación de la UNTAET «se inicia una nueva era, que será una difícil prueba para la ONU», ya que deberá «no sólo reconstruir el país, sino crear un marco para la independencia» del territorio. La embajadora finlandesa en la ONU, Marjatta Rassi, que habló en nombre de la Unión Europea, destacó la necesidad de que UNTAET se concentre en la reconciliación de la población de Timor Oriental con Indonesia, país al que exigió que no preste ayuda a las milicias contrarias a la independencia.