Moscú anunció que hoy sábado iniciará la «segunda fase» de su campaña militar en Chechenia para reconquistar toda la república rebelde, donde la guerrilla se prepara para «derrotar» a Rusia en la nueva guerra caucásica.
En un gesto simbólico, el anuncio de que Moscú ha decidido jugárselo todo en Chechenia estuvo a cargo de un militar, el comandante del Grupo Unificado de Tropas en el Cáucaso Norte, el coronel general Víctor Kazántsev.
«El objetivo de esta segunda fase es liquidar las bandas que operan en el resto del territorio de Chechenia», aún no controlado por las fuerzas federales, declaró Kazántsev en Mozdok (Osetia del Norte), la mayor base aérea rusa en el Cáucaso Norte.
El general no precisó si la nueva fase de la «operación antiterrorista», como llama Moscú su actual «campaña chechena», supone lanzar de inmediato la amplia ofensiva terrestre vaticinada desde hace tiempo en los medios políticos.
Numerosos políticos en Moscú advirtieron al Kremlin contra la «tentación» de involucrarse en una nueva contienda en Chechenia tras la anterior guerra de 1994-96, que se cobró 100.000 muertos y supuso la mayor derrota de Rusia desde la II Guerra Mundial.
Pero Moscú confirmó sus intenciones al anunciar que el nuevo conflicto chechén obliga a Rusia a superar los topes de tropas y armamento que le permite tener en el Cáucaso el Tratado de Fuerzas Convencionales y pidió «comprensión» a la comunidad mundial. En esta capital chechena, el anuncio de Kazántsev suscitó cierto pánico entre civiles, precipitando su éxodo ante la eventualidad de un asalto, mientras los militares se lo tomaron con calma.