La aviación rusa redobló ayer los bombardeos contra Grozni. Por cuarto día consecutivo, aviones de asalto rusos SU-24 aparecieron ayer en los cielos de Grozni y arrojaron bombas y cohetes sobre el distrito Oktiabrski, en el sur de la ciudad. En momentos en que la aviación castigaba la capital chechena y otras regiones de la república rebelde, el ministro de Defensa de Rusia, mariscal Igor Serguéyev, afirmaba en Moscú que el Estado Mayor General de la Fuerzas Armadas ha diseñado ya los planes de una operación terrestre en Chechenia.
«Existen variantes de un plan de operación terrestre que se llevarán a cabo en dependencia del desarrollo de la situación», dijo Serguéyev en declaraciones a la prensa en el hospital militar Burdenko, adonde acudió para visitar a los militares heridos en las operaciones antiterroristas en el Cáucaso Norte. El titular de Defensa recalcó que el «principal objetivo de todos los planes es exterminar a los bandidos».
Serguéyev indicó que los ataques aéreos contra las bases de los terroristas islámicos en Chechenia continuarán hasta su «completa erradicación». Moscú responsabiliza a los extremistas islámicos de la ola de atentados terroristas que en las últimas semanas se cobraron cerca de 300 muertos en varias ciudades rusas. Según fuentes oficiales chechenas, más de cien personas han muerto y otros varios centenares han resultado heridas en sólo los primeros dos días de bombardeos contra Grozni.
Ayer Moscú cerró la frontera entre Inguchia y Chechenia para detener el flujo de refugiados chechenos hacia la república inguchia. Unos 20.000 refugiados chechenos ya se han cruzado la frontera, lo que hace temer un posible desastre humanitario en esta república.