Israelíes y palestinos alcanzaron ayer un acuerdo sobre el calendario de la retirada militar israelí de Cisjordania, previsto por el acuerdo de Wye Plantation, lo que supone un paso adelante en el difícil proceso de paz en Oriente Próximo, considerablemente estancado durante el Gobierno del anterior primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
Aún así, las dos delegaciones no lograron ponerse de acuerdo sobre la liberación de 750 presos políticos palestinos, por lo que han fijado un nuevo encuentro para hoy para tratar este asunto.
Israel ya procedió con el Gobierno de Netanyahu a la liberación de 250 presos, pero la Autoridad Palestina le reprochó en esa ocasión que eran presos comunes, y no políticos.
El acuerdo de Wye Plantation, firmado en octubre del año pasado, establecía la retirada del 13 por ciento de Cisjordania, de la que Israel ya ha cumplido el 2 por ciento. En virtud del pacto alcanzado ayer, tras seis horas y media de reunión entre las dos delegaciones, la primera etapa de la retirada (de un 7 por ciento) comenzará el próximo uno de septiembre.
El 4 por ciento restante será evacuados por Israel hasta
mediados de enero.
Ambas partes tuvieron que hacer concesiones para alcanzar el pacto
sobre el controvertido calendario. Así, el primer ministro israelí,
Ehud Barak, aceptó que la primera etapa de la retirada sobre el
terreno tenga lugar el uno de septiembre y no el uno de octubre,
como se propuso anteriormente.
Además, esta primera etapa incluirá un 7 por ciento del territorio cisjordano, en vez del 5 por ciento previsto en el acuerdo de Wye. Barak aceptó asimismo que el fin de la retirada se produzca a mediados de enero y no de febrero.
Los palestinos, por su parte, renunciaron a exigir que la retirada se termine a mediados de noviembre, tal y como pedía el presidente de la Autoridad Palestina, Yasir Arafat.