El Gobierno brasileño reaccionó ayer «con profunda vergüenza» por la absolución en primera instancia de tres oficiales de policía acusados del asesinato de 19 campesinos en el estado de Pará, hace tres años, aunque confía en la anulación del proceso y en un nuevo juicio.
«Lamento profundamente la decisión de la justicia de absolver a los tres oficiales de la Policía Militar de Pará juzgados por el caso de la masacre de Eldorado dos Carajás», declaró a la prensa el ministro de la Reforma Agraria, Raúl Jungmann.
«El Gobierno está profundamente avergonzado, pero opina que el
resultado (del juicio) puede ser revertido», añadió.
El secretario de Estado informó de que envió un mensaje al
Movimiento Sin Tierra (MST), al que pertenecían los 19 campesinos
asesinados, en el que expresa su «decepción».
En su nota, Jungmann pide a la organización «no desanimarse y mantener la serenidad en su lucha por la justicia, el respeto de los derechos humanos y del Estado democrático, y contra la violencia».
El titular de la Secretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia, José Gregori, expresó que la decisión judicial «no es para lamentarla sino para anularla en un nuevo proceso», porque aún no se ha impartido justicia. «Si de un lado el juicio estuvo libre de cualquier irregularidad y fueron atendidos todos los preceptos de la ley, tenemos que lamentar que los jurados no comprendieran la profundidad de la tragedia», indicó.