La Fuerza de Paz internacional para Kosovo (KFOR) y la misión de la ONU (MINUK) son «responsables totales y completos» de la matanza de 14 serbios en Gracko, declaró ayer el presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic. La matanza de Gracko «es una consecuencia directa de la inadmisible falta de aplicación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y del acuerdo técnico-militar entre la Alianza y Belgrado por la MINUK y la KFOR», afirmaba el comunicado de la presidencia yugoslava.
Por su parte, el jefe militar del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK), Agim Ceku, condenó «con fuerza» los asesinatos, rechazando cualquier responsabilidad. Los cuerpos de los 14 serbios asesinados a tiros fueron descubiertos poco antes de las 22:00 horas, hora local y española, por soldados británicos de la KFOR, veinte minutos después de que una patrulla escuchara disparos de arma de fuego, al sur de Oipjan, informó el comandante Jan Joosten, portavoz de la KFOR.
Los cadáveres de trece de los asesinados fueron hallados en un campo, cerca de maquinaria agrícola; el último apareció a 150 metros del lugar, precisó el comandante Joosten. Todo apunta a una venganza albanesa. Los soldados de la KFOR acordonaron la zona y los cuerpos han sido trasladados al hospital de Pristina. Horas después de la matanza, los habitantes de esa pequeña ciudad del sur de Kosovo expresaban su enfado por lo sucedido y acusaban a los «terroristas albaneses» y a la KFOR de no haberles protegido.
Por su parte, el secretario general de la OTAN, Javier Solana, también condenó la «matanza brutal» y deseó que los responsables de este acto sean encontrados y juzgados. «El secretario general condenó la matanza de granjeros indefensos en Kosovo», declaró el portavoz de Solana.