El Ejército colombiano presentó ayer los resultados de la acción contra la ofensiva de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que perdió más de 200 hombres en cuatro días, entre ellos decenas de menores, y calificó el balance de «tétrico» para los rebeldes.
El comandante de las Fuerzas Militares, general Fernando Tapias, manifestó que el Ejército estaba preparado para los ataques, ya que conocía los movimientos de la principal guerrilla colombiana.
Afirmó también que las FARC pidieron posponer la apertura de las negociaciones con el Gobierno, prevista para el 7 de julio, «para desatar esta ofensiva», que se agravó el sábado y el domingo pasados.
Los rebeldes atacaron una veintena de municipios de 13 de los 32 departamentos colombianos, sobre todo en el Meta, Caquetá y Casanare, donde los militares dieron muerte a 202 guerrilleros aunque también murieron más de veinte policías.
Los combates comenzaron el pasado jueves, después de que unos 500 guerrilleros salieran de la zona, que había sido desmilitarizada en noviembre, con el objeto de atacar pueblos cercanos a Bogotá, y murieron 38 guerrilleros y 36 militares.
Tapias reiteró que las FARC intentaban fortalecer su posición antes de llegar a la mesa de negociación -que debe comenzar el 20 de julio-, e insistió en que los rebeldes utilizan la zona de distensión para entrenarse.