El general británico, Michael Jackson, comandante de la Fuerza de Paz de Kosovo (KFOR) afirmó ayer que es posible que se firme «en dos o tres días» un acuerdo de desmilitarización del Ejército de Liberación de Kosovo (UCK) con los jefes de la organización. Sin embargo, el portavoz de la OTAN, Jamie Shea, advirtió ayer en Bruselas que el abandono de las armas por parte del UCK no será posible, de hecho, hasta que la KFOR haya finalizado totalmente su despliegue. «Hemos recibido numerosas garantías en las últimas horas de que los líderes políticos del UCK cooperarán en esta desmilitarización», afirmó Shea, añadiendo que los comandantes de la OTAN han recibido instrucciones de desarmar a todos los elementos de la guerrilla kosovar que «amenacen la paz».
El UCK advirtió ayer que considerará a las tropas rusas desplegadas en Kosovo como una «fuerza enemiga», hasta que no abandonen la provincia, y el Ministerio ruso de Exteriores ha respondido que esta amenaza es una «declaración de guerra».
El titular de Exteriores, Igor Ivanov, afirmó al respecto desde Helsinki que la desmilitarización de la organización debe hacerse «cuanto antes», como lo prevé la resolución de la ONU o «la paz en Kosovo se verá amenazada».
Por su parte, Jackson señaló que «espera que en los próximos dos o tres días, la dirección de esta organización firme un acuerdo que ya se está elaborando entre sus representantes y nuestra fuerza». Mientras, el UCK ha ocupado rápidamente el espacio libre dejado por los serbios en Prizren y se ha hecho cargo de la seguridad de la ciudad y de los asuntos de administración civil.