Hasta la Iglesia Ortodoxa serbia ha pedido al presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, que deje el cargo, pero él siguió ayer de gira por las ciudades castigadas por la OTAN y prometió que podrá restablecer «vínculos con el mundo entero». El Sínodo de la Iglesia Ortodoxa emitió ayer un comunicado en el que pidió a Milosevic y su Gobierno «que presenten la dimisión, en interés del pueblo y por su salvación». La cúpula religiosa subrayó que está «en manos de Dios el Juicio Final y la Justicia» y no «del instrumentalizado Tribunal de La Haya», la corte internacional que juzga los crímenes de guerra en la antigua Yugoslavia, creada en 1993 y que ha inculpado a Milosevic.
El Sínodo consideró ayer «perfectamente claro para cualquier persona sensata» que los problemas internos y el aislamiento de Yugoslavia «no pueden solucionarse y superarse con un Gobierno» como el que tiene, informó la agencia independiente serbia Beta.
El presidente de Yugoslavia entretanto, no sólo desoye todos los llamamientos -de la oposición y ahora de la Iglesia- para que dimita, sino que prometió ayer «restablecer relaciones con el mundo entero». El coronel británico Robin Clifford en Pristina señaló que hasta el momento, se han retirado unos 20.000 efectivos yugoslavos de Kosovo, lo que representa la mitad de los destacados en la provincia, y añadió que la zona que abarca Pristina debía ser «vaciada» para la medianoche local de ayer.