Los productos belgas que no estén contaminados con dioxina podrán ser exportados a partir de hoy si están debidamente certificados por las autoridades belgas y debidamente acompañados de un nuevo modelo de certificado único cuyo modelo ha sido aprobado por el Comité Veterinario Permanente (CVP), según aseguró ayer el comisario europeo de Agricultura, Franz Fischler.
Fischler explicó que hasta ahora había gran cantidad de certificados, todos diferentes, lo que provocaba un caos para el consumidor. El comisario dijo que ahora «todos los productos no están bloqueados» y que se pueden poner en el mercado siempre que se pruebe que no han tenido ninguna relación con las fuentes de la contaminación o hayan pasado por una serie de exámenes que prueben que no está contaminados.
«Es por eso por lo que se necesita un certificado único» explicó Franz Fischler. Dicho certificado ha sido aprobado por el Comité Veterinario Permanente y será ratificado por la Comisión Europea, que lo tramitará por procedimiento de urgencia.
Por lo que se refiere a la leche, la Comisión ha dejado claro que, aunque las autoridades belgas insistan en que no hay ningún peligro, «se debe esperar a tener los resultados de todos los análisis necesarios», que se tendrán el próximo miércoles. En ese sentido, la comisaria europea encargada de Política de los Consumidores, Emma Bonino, recalcó que la decisión de la Comisión de suspender la venta «debe aplicarse hasta que no se pruebe científicamente que no hay contaminación con dioxinas».