La Unión Europea (UE), confiada en que la paz está próxima, pidió ayer a la OTAN que límite los bombardeos sobre Yugoslavia y que los adapte a la nueva situación creada tras la aceptación por Belgrado de las exigencias occidentales.
«De forma unánime» se transmitió «a la OTAN y a Estados Unidos» el deseo de que «la acción militar tenga en cuenta la nueva situación política, después de la aceptación del plan de paz», anunció el presidente francés, Jacques Chirac, en una rueda de prensa al término de la cumbre europea de Colonia.
«Nuestra solicitud fue escuchada y aceptada», agregó Chirac, quien precisó, no obstante, que los ataques de la OTAN «no se detendrán hasta que se haya registrado una retirada sustancial de las fuerzas serbias de Kosovo».
Las acciones militares, sentenció Chirac, «continuarán hasta que las condiciones para una pausa o un final definitivo se cumplan». De todas formas, los mandatarios de la UE mantuvieron un tono prudente.
El primer ministro británico, Tony Blair, principal defensor de la «línea dura» de los occidentales recalcó que la campaña aérea continúa mientras no se produzca una retirada verificable. «No nos fiaremos de la palabra de Milosevic. Hemos tenido suficiente experiencia de como la rompe. Lo juzgaremos estrictamente por sus actos», dijo. La celebración sólo llegará, agregó, «cuando veamos los refugiados de vuelta a sus casas».