Thabo Mbeki, el delfín designado por Nelson Mandela, estaba seguro ayer de que se convertirá en el próximo presidente sudafricano, ya que su partido, el Congreso Nacional Africano (CNA, en el poder), logró una abrumadora victoria en las segundas elecciones multiraciales de la historia del país.
Thabo Mbeki logró la hazaña de mejorar en las segundas
elecciones democráticas en su país el triunfo de 1994 de su
predecesor, Nelson Mandela.
Con perfil de tecnócrata y carácter reservado, Mbeki debe no
obstante gran parte de su aplastante victoria a Mandela, que hizo
campaña con él y cuyo carisma consiguió movilizar otra vez a los
votantes del gubernamental Congreso Nacional Africano (CNA). Para
facilitar una transición sin sobresaltos, Mandela no ha cesado de
manifestarle públicamente su confianza, aunque las relaciones con
quien eligió como vicepresidente en 1994, no parecen ser demasiado
cordiales en los últimos meses. Con ya el 65'9% de los sufragios
cuando se llevaba escrutado más del ochenta por ciento de los
votos, el sucesor de Mandela superará el 62% de este hace cinco
años, en las primeras elecciones democráticas sudafricanas.
El índice de participación entre los 18 millones de votantes fue
algo menor que entonces.
Mbeki pronunció ayer por la tarde su discurso de victoria,
subrayando que «el pueblo, por millones, sin equívoco y sin
vacilaciones, renovó el mandato del ANC para gobernar nuestro
país». El futuro presidente de Sudáfrica, tras la partida de Nelson
Mandela, el 16 de junio próximo, se comprometió a gobernar el país
«sin arrogancia y con un profundo sentido de la
responsabilidad».