El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton y el canciller federal alemán, Gerhard Schroeder valoraron en Bonn como «un paso sustancial» el plan de paz para Kosovo aprobado por el G-8, pero no ven razón para renunciar a los ataques de la OTAN a Yugoslavia sin una respuesta positiva de Belgrado. Tras una entrevista de más de una hora, Clinton y Schroeder estuvieron totalmente de acuerdo en que, de momento, debe seguir la presión militar y diplomática de la OTAN sobre Belgrado, aunque valoraron positivamente el compromiso alcanzado por el G-8 (los siete países más industrializados y Rusia).
«Creo que es un verdadero proceso de paz, y aunque puede ser largo, no debemos ser impacientes, mientras debemos continuar apoyando con firmeza la campaña aérea de la OTAN y los esfuerzos diplomáticos para una solución pacífica en Kosovo», señaló Clinton. Por su parte, Schroeder valoró que «el acuerdo representa un progreso substancial, en el sentido, de que incluye el despliegue de una fuerza internacional en Kosovo», pero subrayó que «en este momento no veo ninguna razón para alterar la estrategia de la OTAN.»
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, elogió también el plan de paz, que calificó de «paso importante» en favor de la resolución política del conflicto. Annan está especialmente «satisfecho» por el hecho de que la decisión del G-8 prepara «los elementos para una resolución del Consejo de Seguridad de las ONU» e implica a otros miembros del Consejo en los esfuerzos en favor de la paz.