La OTAN admitió ayer un nuevo error, el sexto, en uno de los bombardeos efectuados en la madrugada de ayer, que ha podido ocasionar víctimas civiles. Un portavoz aliado confirmó que al menos un misil «erró su objetivo en 200 ó 300 metros» en el ataque a un cuartel militar de Surdulica, al sur de Yugoslavia, pero no quiso confirmar si pudo caer sobre un área residencial causando víctimas civiles. Los medios de comunicación serbios informan de que al menos una veintena de civiles, entre ellos mujeres y niños, han perecido en el ataque, que destruyó 300 casas. «Los pilotos de la OTAN toman todas, repito todas, las precauciones posibles para evitar este tipo de errores, pero la tecnología no es infalible y a veces se puede fallar en una trayectoria», dijo el portavoz.
Prueba de ello, añadió, es el escaso margen de «errores» que se han producido desde el inicio de la campaña, seis de unos 4.500 ataques. «Incidentes de este tipo no ocurrirían si el presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, no nos hubiera forzado», agregó.
Los serbios observan ayer horrorizados las imágenes de destrucción en la pequeña ciudad de Surdulica. Los equipos de rescate siguen levantando escombros en el barrio obrero de Piskavica, en el centro de Surdulica, localidad de 15.000 habitantes en el sur de Serbia. Hasta el momento, se han recuperado 20 cadáveres y hay varias decenas de heridos en el ataque aliado, indicó ayer el ministro yugoslavo de Información, Milan Komnenic. Las televisiones serbias repitieron ayer las imágenes del barrio destruido, en el que no ha quedado piedra sobre piedra.