«Si Europa no nos manda ayuda inmediatamente, los campos de refugiados se llenarán de muertos y la catástrofe adquirirá unas dimensiones que aquí nadie quiere imaginar. Las reservas de alimentos y medicinas se agotan. Quizás durarán una semana, tal vez menos. Esto es terrible». Este es el dramático llamamiento a la solidaridad de todos los mallorquines realizado ayer a Ultima Hora desde Montenegro por Vilma Potonic, voluntaria de Creu Roja de Sóller para atender las necesidades de los 70.000 refugiados que hacinados en los tres campos improvisados en esta república fronteriza con Serbia, Kosovo y Croacia.
Vilma, que hace 5 años huyó del horror de la guerra en Bosnia para refugiarse en Sóller, dedica hoy su vida, junto a su marido, a los tristes protagonistas de la tragedia humanitaria más grave desde la II Guerra Mundial. «Aunque parece que el éxodo ha disminuido, Montenegro continúa recibiendo nuevos refugiados. A los 60 mil del miércoles cabe sumar otros 10 mil que cruzaron la frontera hoy (por ayer). Las reservas se agotan y si no llega más ayuda habrá que plantearse muy seriamente la posibilidad de llevar a cabo una evacuación», comentó Potonic para quien, hoy por hoy, las principales necesidades son «alimentos para bebés, verduras en conserva, leche en polvo, biberones, artículos de higiene, ropa y sábanas».
La voluntaria adelantó que, en caso de autorizarse los acogimientos en Balears, «los refugiados podrían realizar el viaje en avión desde Dubrovnik, localidad croata que está muy cerca de la frontera con Montenegro. Parece que el gobierno de Tudjman estaría dispuesto a autorizar la operación». Según la voluntaria, los acogimientos serían sólo por el tiempo imprescindible ya que «lo que realmente quieren los refugiados kosovares es que esta terrible pesadilla acaba de una vez para poder volver a sus hogares».