La comisaria europea de Ayuda Humanitaria, Emma Bonino, reclamó ayer «la creación de un espacio de seguridad (en Kosovo), bajo protección armada terrestre» para los albano-kosovares. «Si queremos ayudar a la gente necesitamos protección y sólo la puede dar la presencia de tropas armadas en tierra», afirmó a su regreso de Albania y Macedonia. «Ha llegado el momento de trazar una línea entre la barbarie y el derecho», afirmó. Bonino denunció la «deportación de masas» bajo las órdenes del régimen yugoslavo de Slobodan Milosevic, que comparó con las imágenes del filme antinazi «La Lista de Schindler».
«Cuando se fuerza a la gente a subir a un tren, se cierra la puerta y después la dejan en un campo señalándoles dónde está la frontera, eso me recuerda a Schindler», subrayó. Para Bonino se trata de una nueva fase de «un plan sistemático decidido desde hace diez años en la región» y comparó la situación de los refugiados kosovares a la vivida hace varios años en Bosnia o Croacia.
La comisaria europea consideró que la base jurídica para la creación de espacios de seguridad en Kosovo bajo protección armada terrestre es la Convención de Ginebra, firmada por Yugoslavia, y que prevé el libre acceso de la ayuda humanitaria y de la prensa.
«Si la comunidad internacional quiere restaurar el derecho humanitario nos falta una protección armada de tierra», dijo, para evitar que se repitan otras experiencias anteriores como en Tuzla, Sbrenica o Gorazde, durante la guerra en Bosnia. Bonino consideró que «la prioridad absoluta es encontrar los medios para que la gente pueda volver, sin miedo a las tropas serbias o a los paramilitares».