El secretario general de la OTAN, Javier Solana, tuvo que salir al paso de lagunas informaciones periodísticas para excluir, «por el momento», una intervención terrestre aliada en Yugoslavia, según declaró ayer a la cadena de televisión privada francesa «TF-1».
Algunos corresponsales en los Balcanes señalaron ayer que Estados Unidos y Gran Bretaña, que ayer anunció que mandaría cuatro nuevos bombarderos a la zona, estarían presionando a los gobiernos de los países de la OTAN para que apoyaran una intervención militar terrestre en Kosovo.
Solana, preguntado sobre si la resistencia serbia obligará a una ofensiva terrestre de la OTAN, dijo que «eso se verá, pero por el momento, los países aliados, incluida Francia, han decidido sólo desplegar fuerzas en el terreno para supervisar la aplicación de un acuerdo político». «Por ahora no pensamos desplegar fuerzas terrestres», insistió.
Los militares de la OTAN estiman que la organización necesitaría disponer de unos 200.000 soldados para enviar tropas terrestres a Yugoslavia e «imponer» la paz en Kosovo, si así se lo solicitaran los países miembros. Este mismo número figuraba en un estudio relativo a una posible guerra total con Belgrado realizado en 1998 por la OTAN. De enviarse tropas terrestres, posibilidad que descartan actualmente todos los países de la organización, las pérdidas serían considerables, según los estrategas de la OTAN.