Los embajadores de la OTAN, reunidos ayer en un Consejo Atlántico, expresaron la gran preocupación de la Alianza por las informaciones de muy diversas fuentes acerca de las atrocidades que están cometiendo las fuerzas militares y policiales serbias en Kosovo en venganza por los bombardeos aliados.
El responsable de la delegación albano-kosovar que participó en las negociaciones de paz en Rambouillet (Francia), Hashim Thaqi, por ejemplo, aseguró ayer que las fuerzas serbias han iniciado una «brutal ofensiva militar» en Kosovo.
En una conversación telefónica con la agencia austriaca de noticias APA, Thaki afirmó desde esa provincia yugoslava de mayoría albanesa que hay «cadáveres de hombres, mujeres y niños tirados por las calles de las localidades de Podujevo, Kosovska Mitrovica, Pec y otras de la región de Drenica».
Muchas casas están en llamas y los soldados de las fuerzas serbias y de grupos paramilitares violan a las mujeres de origen albanés que viven en Kosovo, mientras que aviones «MIG» del Ejército yugoslavo bombardean pueblos enteros, denunció el líder kosovar.
El ministro alemán de Defensa, Rudolf Scharping, por su parte, indicó ayer que el Ejército yugoslavo ha desplegado en Kosovo 40.000 hombres, apoyados por 300 carros de combate, 700 vehículos blindados y 700 piezas de artillería.
Mientras, más de 2.000 albano-kosovares han sido deportados hacia Albania por el Ejército yugoslavo, según un portavoz oficial.