Turquía amaneció ayer en estado de «shock» después de sufrir el sábado un atentado en un centro comercial de Estambul que se cobró la vida de 13 personas, el tercero que se produce desde que fue detenido el líder del Partido de los Trabajadores del Kurdistán, Abdalá Ocalan.
Un vehículo con tres personas dentro, según varios testigos presenciales, se apostó frente a las puertas del centro comercial de Goztepe, en la parte europea de la ciudad de Estambul, y sus ocupantes comenzaron a lanzar cócteles Molotov contra el edificio de seis pisos. El incendio que provocaron los artefactos se propagó rápidamente por los diferentes pisos en los que los visitantes del centro corrieron a refugiarse, provocando el pánico entre la multitud.
Un grupo kurdo hasta ahora desconocido, los «Halcones en Venganza de Apo» (apodo de Ocalan, líder de Partido de los Trabajadores del Kurdistán) reivindicó el atentado poco después en una cadena privada de televisión, indicó ayer el periódico «Hurriyet». Pero la Policía no ha realizado ningún comentario a este respecto.