Los gobiernos de Alemania y Francia defendieron ayer en Bruselas una reforma agrícola en la que se mantendría el «statu quo» en el sector lechero, lo que podría poner en peligro un aumento de la cuota de producción de leche para España. A medida que se alargan las negociaciones aumenta el temor de la delegación española a perder el incremento de 550.000 toneladas que creía haber obtenido la semana pasada.
En Madrid, el portavoz del Gobierno, Josep Piqué, destacó la necesidad de estar «alerta» para evitar que se vuelva a partir de cero cuando los ministros reanuden las negociaciones el martes. El ministro de Agricultura francés, Jean Glavany, no se opuso a un aumento «razonable» de los cupos de producción para España, Italia y Grecia siempre que no vaya acompañada de un recorte de los precios garantizados, ya que ello generaría un gasto considerable.
Francia mantiene desde el inicio de las negociaciones una lucha encarnizada contra la reforma del sector lácteo, que podría representar un coste de 8.000 millones de euros. Fuentes comunitarias señalaron que en estos momentos el debate sobre la reforma del sector lechero «se encuentra de nuevo totalmente abierto».
Una propuesta de último momento realizada por la delegación alemana sorprendió a la mayoría de los ministros de Agricultura, con medidas destinadas a congelar el gasto el agrícola en 40.500 millones de euros anuales (6'7 billones de pesetas) más un 2 por ciento de inflación. Esa propuesta le vino como anillo al dedo a Glavany, ya que una de las principales medidas que propugna Alemania para lograr esa estabilización es descartar la reforma lechera.