La Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) continuaba negociando ayer la liberación de ocho soldados yugoslavos prisioneros del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK), mientras el Ejército yugoslavo se abstenía de intervenir contra los secuestradores, según fuentes concordantes.
El Ejército yugoslavo, por su parte, está dispuesto a «esperar y mostrar contención», según una fuente militar que requirió el anonimato. Sin embargo, Serbia exige la liberación de los rehenes y ha movilizado a parte de su Ejército en la frontera con Kosovo, en un aumento de la tensión que hace temer una intervención militar a gran escala de la tropas de Belgrado en la zona.
Una fuente próxima al ELK declaró que la organización independentista exige a cambio de la liberación de los ocho soldados la puesta en libertad de nueve de sus miembros, capturados el pasado 14 de diciembre por fuerzas de seguridad serbias.
Los guardafronteras y la policía lograron interceptar al grupo, matando a 36 de sus miembros. Siete de las nueve personas detenidas fueron acusadas por la fiscalía de Nis (Serbia) de «terrorismo, intento de paso ilegal de la frontera, tráfico de armas y ataque contra miembros del Ejército yugoslavo».