«Los pueblos británico y estadounidense han apoyado ampliamente las decisiones de sus jefes de agredir a Irak, lo que hace de cada uno de sus ciudadanos, lo mismo que de los judíos de la Palestina ocupada, guerreros que todo musulmán debe combatir y matar», declaró Ben Laden en una entrevista concedida al diario árabe «Asharq al-Awsat».
El dirigente fundamentalista negó una vez más ser el instigador de los atentados con explosivos cometidos el 7 de agosto pasado contra las embajadas de Estados Unidos en Kenia y Tanzania, o haber sido informado al respecto.
De todas maneras, expresó su «apoyo y su admiración por estos ataques y por el autor de toda acción militante contra las fuerzas estadounidenses». Ben Laden ha sido acusado por Washington de haber instigado esos atentados, que provocaron 224 muertos y miles de heridos.
Ben Laden reside en Afganistán desde 1996 y Estados Unidos ha ofrecido una recompensa de cinco millones de dólares por cualquier información que conduzca a su detención.
Ben Laden también afirmó que no tiene «vínculo alguno, ya sea profesional o financiero» con el sudanés Mohammad Mamduh Salim, acusado por Estados Unidos de abastecer de armamento a la red del saudí.
«Es uno de los hombres más buenos que he conocido. Dirigía la plegaria de los árabes en la mezquita de Peshawar, en Pakistán, y trabajaba con las asociaciones de ayuda. Pero hace más de cuatro años que vive en Alemania», indicó Ben Laden.