La «Operación Zorro del Desierto», que realizan contra Irak los dos aliados, entró ayer, viernes, en su tercer día de combates sin que se hayan producido bajas entre sus fuerzas. «Seguimos estando satisfechos, aunque la operación no está completa aún», dijo el secretario de Defensa de EE UU, William Cohen.
La tercera oleada de ataques aéreos contra Irak se produjo cuando la Cámara de Representantes de EE UU estaba en pleno debate sobre el proceso de destitución del presidente Bill Clinton por perjurio y otros cargos, que ha sumergido al país en una de sus peores crisis políticas.
El general Henry Shelton, jefe de la Junta del Estado Mayor del Ejército de EE UU, informó que en el segundo ataque aéreo se destruyeron 75 objetivos, que se suman a la cincuentena alcanzada en el primer día de operaciones.
El contraalmirante Thomas Wilson dijo en el Pentágono que Irak todavía no ha disparado misiles «tierra-aire» para responder a los ataques aéreos.
Aunque Shelton declinó dar la cifra exacta de los misiles disparados, señaló que «puedo decirles que los misiles lanzados han excedido el total de los disparados durante la 'Operación Tormenta del Desierto'».
Cohen explicó que «ha sido un ataque muy limitado a una instalación que estaba proporcionando crudo ilegal». Esa refinería es la tercera en importancia en Irak y puede producir hasta 126.000 barriles de crudo por día.