Los ministros de Asuntos Exteriores de los 16 países aliados comenzaron ayer el debate en profundidad sobre la revisión del concepto estratégico de la OTAN, que debe establecer la que será la nueva filosofía de actuación de la mayor organización militar del mundo.
Pero las posturas discrepan o presentan distintos matices a la hora de definir hasta dónde debe llegar la OTAN en su actuación y qué funciones debe asumir para no desvirtuar su tradicional papel de organización defensiva y convertirse en un gendarme mundial.
EE UU, a través de su secretaria de Estado, Madeleine Albright, consideró preciso encontrar un punto de equilibrio entre la defensa colectiva de la OTAN y una idea «más amplia de defensa de nuestros intereses comunes». Pero algunos ministros europeos, como el alemán Fischer o el belga Derycke, consideran preciso definir cuáles son esos intereses comunes.
Albright hizo también alusión a una ampliación del área geográfica tradicional del Atlántico por el que se fundó la Alianza en 1949 «nos permite hacer frente juntos a amenazas comunes que pueden proceder de más allá del área noratlántica». Pero, los aliados europeos quieren mayor concreción a la hora de definir límites geográficos y también las nuevas funciones que EE UU cree que será preciso asumir para hacer frente a nuevos retos.