Los Quince fueron incapaces ayer, a cuatro días de la reunión semestral de los jefes de Estado o Gobierno, de aproximar posiciones sobre la polémica propuesta austríaca de congelar los gastos de la UE a partir del año 2000.
Según anunció a la prensa el ministro español de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, en el Consejo Europeo del viernes y sábado próximos los gobernantes comunitarios partirán de «una simple fotografía» que refleja la posición de cada uno, pero todavía ningún acercamiento significativo tras más de un año de conversaciones.
España llegó a amenazar ayer con un veto de la cumbre de Viena, si la presidencia austríaca insistía en presentar un documento previo con ánimo de reflejar avances.
La delegación española reaccionó con especial enojo a la afirmación austríaca según la cual «no parece que haya 'a priori' objeciones al concepto de estabilización como tal».
En las últimas semanas, la sugerencia austríaca de «estabilizar» o congelar el presupuesto en 85.000 millones de ecus ha envenenado el debate. España, con el apoyo de Portugal, Grecia y la Comisión Europea, denuncia el fondo y la forma de esta propuesta, por considerarla «desequilibrada» e irregular.