El secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, emprendió ayer en Libia una misión que ha calificado como «difícil» para persuadir al coronel Muhamar Gadafi de que acepte un acuerdo sobre el caso Lockerbie. Antes de su entrevista con el dirigente libio, Annan declaró esta mañana que espera unas «discusiones muy difíciles».
«Manifiestamente, será una conversación muy difícil, es un
problema que persiste desde hace diez años», declaró el secretario
general.
En un principio responsables libios aseguraron que Annan no podría
reunirse ayer con el jefe de la revolución libia al encontrarse «en
un campamento en el desierto».
Ya por la noche un portavoz de Naciones Unidas aseguraba que «la reunión se está llevando a cabo ahora», en el país africano, precisó. La fuente indicó que Annan partió de la ciudad de Sirte, a unos 500 kilómetros al este de Trípoli, acompañado por un grupo de colaboradores, mientras el resto de su comitiva «espera su regreso».
Annan llegó a Libia con la intención de obtener el envío a Holanda de dos ciudadanos libios acusados del atentado de Lockerbie, que en 1988 costó la vida a 270 personas cuando un avión de la PanAm estalló en el cielo de esa localidad escocesa.