Como buen estratega, el general Fulgencio Coll sabe que en las elecciones del 28-M han ganado una batalla, pero no la guerra. Y no descarta nada; incluso que la magia de los pactos le conviertan en alcalde de Palma. Además, lanza un aviso a navegantes: «Nosotros no esperaremos a las elecciones nacionales del 23-J para entrar en el Gobierno del Ayuntamiento de Palma».
¿Es más dura una misión militar o unas elecciones locales?
—Ambas cosas son muy duras, pero la misión militar todavía lo es más. Se lo puedo asegurar.
¿Cómo fueron los últimos días de la campaña?
—Bueno, en la política hay momentos de gran intensidad. Lo importante es estar en buenas condiciones físicas y rodeado de un buen equipo que te apoye, así que lo llevé muy bien. Se trabaja con gran intensidad, pero sin agotamiento. Pero, insisto, tener un buen equipo lo cambia todo.
¿Se le hizo largo del domingo electoral?
—Estuve con unos amigos que me invitaron a su casa, en las afueras de Palma. Para estar lejos de la tensión política. Y lo agradecí.
¿Cuándo vio que los resultados iban a ser muy buenos?
—Pues enseguida. Hay que tener en cuenta que con los pocos medios que hemos tenido, porque posiblemente somos el partido que menos dinero ha tenido para hacer campaña, y que realmente solo he tenido tres meses para prepararme bien como coordinador de Palma, pues creo que el resultado es, efectivamente, extraordinario.
Casi consiguen siete regidores.
—Sí, la pena es que por 14 votos no estamos en una proporción de 10/7 en cuanto a concejales con el Partido Popular. Pero sacar 32.586 votos es realmente un gran resultado, estamos muy contentos.
¿Vox ha tocado techo?
—No, no, en absoluto. En Baleares, no. Hemos sido decisivos para que haya un cambio de Gobierno en el Govern, Consell y Ajuntament de Palma y otros ayuntamientos. Y ahora hay que hacer esfuerzo para que esta progresión importante continuarla. Y creo que 2027 podemos tener mucha más fuerza.
¿Con usted de candidato?
—Yo mientras la salud me lo permita trataré de dar lo mejor para palma. Ahora haremos todo lo posible para que el cambio de Gobierno sea en España, sacar al señor Sánchez de la Moncloa.
Volviendo a la noche de su triunfo electoral, ¿el primero en felicitarlo fue el líder de su partido, Jorge Campos?
—No recuerdo quién fue el primero. Pero en fin, sí, hubo felicitaciones. Yo, lógicamente, felicité a Jaime Martínez y a mí me felicitaron los amigos, no recuerdo quién fue el primero.
¿El alcalde Hila le llamó?
—Sí, cosa que agradezco. Y también algunos regidores progresistas.
Un escenario en el que Jaime Martínez no fuera el alcalde y usted sí, ¿es viable?
—Bueno, en política todo en viable. Lo más importante es llegar a un pacto. A nivel nacional parece que el señor Feijóo no quiere pero a nivel puntual sí se puede, entonces nosotros no descartamos ninguna posibilidad. La primera es que no esperaremos al 23 de julio para ver si entramos o no entramos. Lo que he dicho yo es que hay que respetar a 32.586 votantes, que es una cantidad muy importante. Si no, no lo entenderíamos nosotros ni tampoco mucha gente del Partido Popular. Luego, todo es posible. Aquí está en juego desde la alcaldía hasta otras áreas u otras responsabilidades. pero no hemos hablado de ese tema todavía.
¿Entonces no descarta ser alcalde?
—No lo descarto, no.
¿Qué tal la relación personal con el alcalde Hila durante estos años?
—Hila es una persona agradable, de buen trato. Ha sido una relación buena. Otra cosa es que a nivel político estamos en posiciones muy diferentes.
¿Cómo mejoraría Palma?
—Hay mucho trabajo por hacer. Primero que haya un equipo de gobierno con el PP y Vox para una mejor gestión. Luego abordar la seguridad, la limpieza, este caos de movilidad que hay que resolverlo y la situación terrible de falta de vivienda. Esto es lo que ha traído la derrota del tripartido. Luego hay mucha cosas, como la atención social, la atención a los barrios más desfavorecidos, o revolver el tema del desmantelamiento de Son Banya de una vez.
Con Jaime Martínez destaca la buena sintonía que tienen ustedes dos.
—Sí, yo trato de ser educado y de buenas formas y él exactamente igual. La relación, pues, es cordial.
Usted ha renunciado a su sueldo.
—Yo estoy en la política sin ningún interés personal. He renunciado al sueldo y ahora también a cualquier gratificación salarial del ayuntamiento.
Con Martínez ya han tenido dos tomas de contacto.
—Sí. En la primera me planteó él sus intenciones y en la segunda fui yo. Fue todo muy cordial.
¿Cree usted que están en disposición de exigir lo máximo?
—Lo primero que hemos dicho es: o entramos ahora en el Gobierno del Ayuntamiento o no entraremos tras las elecciones del 23 de julio. Esta espera yo no la entiendo. Lo que planteé es eso. Y si no entramos, nos vamos a la oposición. Si hay negociaciones es porque queremos hablar y que haya proporcionalidad con los resultados obtenidos, en todas las áreas. Y no en las subáreas, digo en las áreas de responsabilidad.
¿Quieren dirigir la Policía Local de Palma?
—Vamos a ver. Lo que está claro es que en el Área de Seguridad Ciudadana tiene que a haber un alcalde y regidor que estén al lado del jefe de policía que designen. Que les den apoyo personal. Y material. Y que la policía vuelva ser lo que en su día fue. Para eso se necesita un gran jefe. Y yo tengo a ese jefe.
¿El comisario Rafael Estarellas?
—No puc dir es nom (risas).
Los policías acusan a Cort de darles la espalda en el ‘caso Cursach'.
—Y eso no puede volver a pasar nunca más. Soy consciente del malestar que hay, somos el único partido que ha exigido un acto público para reponer el honor y sufrimiento de estos años de los policías y sus familias. Y que pidan perdón por el maltrato que sufrieron, porque el ayuntamiento no estuvo a la altura. Fue terrible.
¿Apoyarían ustedes una investidura de Martínez a cualquier precio?
—Lo que no permitiremos es que el tripartito o los progresistas gobiernen. Si Martínez va en solitario, saldrá. Pero no quiere decir que votemos a favor. Si no formo parte del Gobierno, no votaré a favor. Pero eso no impide que el señor Martínez salga elegido. Eso sí, si hay una maniobra que ponga en peligro que pudiera entrar la izquierda, reaccionaríamos. Garantizaremos que la izquierda no entre.
Ustedes quieren gobernar.
—Por supuesto. Y ser leales a los ciudadanos que nos han votado y leales a Vox. Y ya está bien esta cancioncita que nadie se cree de que somos la extrema derecha y que somos el dimoni. Hemos demostrado que somos el partido que mejor defiende la Constitución y la igualdad entre los españoles.
Una curiosidad: en el poblado de Son Banya han arrasado en votos. ¿Cómo lo hizo?
—Pues quizás lo que vieron es que yo he ido muchas veces, a pisar la basura en Son Banya, para que el Govern, el Consell y el Ayuntamiento resolvieran el problema. Y no lo han hecho con los mayores presupuestos de la historia. Es un escándalo cómo vive la gente allí. Decían que en 2023 ya estaría desmantelado Son Banya y mire cómo está.
Si usted gobierna con el PP, ¿será una prioridad desmantelar Son Banya?
—Será una exigencia, no una prioridad. Pero para desmantelar hay que dar viviendas, y apoyo social para reintegrar a estos habitantes de Son Banya. Y darles apoyo para que puedan trabajar. Es decir, si damos apoyo financiero a gente que viene de otros continentes -para alquiler, por escolarización, por ser mujer, y un largo etcétera- no entiendo por qué no pueden tener estos mismos derechos los ciudadanos españoles necesitados o que están en las mismas condiciones. Y en este caso hay decenas de miles de ciudadanos españoles que no pueden tener vivienda cuando a otros, por venir de otro continente, les pagan el alquiler de la vivienda. Empecemos a cuidar a los españoles, a los europeos. Y a las personas necesitadas, entre ellos los de Son Banya.