Lo veía venir y algunos no me hacían caso. En estas elecciones se iba a votar en clave nacional. Y así ha sido. No hablemos de Palma –que no es mi ‘juridisción'– sino de las villas y ciudades de la Part Forana. También allí los electores han enarbolado su papeleta en contra o a favor de Sánchez, más de lo primero que de lo de segundo, por supuesto. Pocos han mirado el nombre del candidato a alcalde o alcaldesa: pensaban en el inquilino de La Moncloa y, sobre todo, en sus socios.
Este artículo no me va a dar para un análisis detallado, pero hay ejemplos paradigmáticos: Alcúdia, donde tras una breve y exitosa gestión de Domingo Bonnín, el PI se ha ido a freír monas. Casi nadie ha pensado en el asfaltado de las calles, ni en la eficacia o no del servicio de limpieza municipal: veían a la señora Jover –un ejemplo– y les entraban escalofríos.
Lo he escuchado mucho en los últimos días: «Más de lo mismo no, por favor». Ahora vendrán el llanto y el crujir de dientes: PP-Vox, qué horror. Hipócritas. Fueron ellos los que alimentaron al ‘monstruo' y claro, ha engordado. Este lunes hablaré de Prohens. Avanzo que me alegro.