En los partidos deben de estar encantados con la cobertura mediática de estas elecciones en Balears. El periodismo de declaraciones, ese que se limita a comunicar lo que dicen los políticos, define el tratamiento comunicativo que se está dando en prensa escrita, radio y televisión. No se libra nadie.
Un político dice algo y se le da un titular, incluso sale en portada, aunque no esté claro que sea verdad. En las entrevistas, al margen del soporte, es extraño que el periodista repregunte o contradiga datos falsos emitidos por el candidato. Se puede interpretar como una ofensa.
Algunos políticos mienten a conciencia, pero la gran mayoría recurren a un lenguaje propio del sector, cercano a la mentira, pero que no tiene por qué serlo. También tiene algo que ver con el ‘politiqués', esa forma de hablar sin decir nada. Aun así, se les escucha y se les da espacio sin contrastar. No es un fenómeno local, es muy común en España. Tampoco es nuevo, pero sí más intenso. Hay excepciones, aunque cada vez menos y todos pecamos.