Ricardo Díez (PP), con 89 años, es el alcalde más veterano de España, en concreto 56 años al frente del Ayuntamiento de Castillejo de Mesleón (Segovia), un pequeño municipio de 150 habitantes al que quiere seguir sirviendo de forma altruista porque la alcaldía se ha convertido en su vida.
Su trayectoria política comenzó en 1963 cuando tenía 33 años y acumula en el cargo los últimos doce años del franquismo y diez legislaturas desde la llegada de la democracia, todas con mayoría absoluta.
Díez ha batido todos los récords de antigüedad al frente de una institución, pero tiene intención de poner el listón más alto ya que se presenta a los comicios del próximo 26 de mayo con la misma ilusión, a pesar de que por primera vez se enfrenta a otros tres candidatos del PSOE, Cs y Centrados.
En una entrevista, el regidor ha reconocido que los últimos meses se planteó no presentarse a estas elecciones por problemas de salud ya que ha estado «un poco averiado», pero el PP ha depositado de nuevo en él «toda la confianza» y su salud ha mejorado por lo que «no podía decir que no», asevera.
Ricardo Díez dedica al menos tres horas por las mañanas de forma altruista a su pueblo, desde solucionar los problemas que surgen con los servicios hasta tratar de mejorar las infraestructuras y la calidad de vida de los vecinos, distracciones que le hacen «feliz».
A sus 89 años, tiene claro que el principal reto de los pueblos es la despoblación, por eso, de cara a la próxima legislatura su compromiso es la creación de empleo y, para ello, tiene dos proyectos pendientes de ejecución: un campin y una estación de servicio, además de continuar con la mejora del asfaltado de las vías del municipio.
Al echar la vista atrás, recuerda cuando trabajaba como agricultor junto a su padre y aunque nunca se le pasó por la cabeza meterse en política, su tío, anterior alcalde del municipio, fue quien le empujó a esta trayectoria durante la cual también ha sido diputado provincial entre 1979 y 1991.
Defensor acérrimo del papel de las diputaciones y de su contribución a la supervivencia del medio rural, Díez considera que en un momento de tensión y diversidad política como el actual la receta para avanzar es poner en práctica el diálogo para que los partidos puedan llegar a acuerdos porque, a su juicio, la política se ha llevado a los «extremos».
En este sentido, compara las relaciones políticas con un matrimonio e insiste en que solo «si se llevan bien, las cosas pueden salir bien». Asegura que tiene que existir cierta confrontación por conseguir el voto, pero advierte de que lo importante «no es tanto representar a un partido como trabajar por la gente». Algo que en la práctica ve «demasiado complicado», ya que los insultos entre dirigentes se han convertido en la tónica general.
Además, manifiesta que «no hacen falta tantos partidos» porque hay tal «follón» que al final «todos tendrán que tener algún cargo».
El desafío independentista en Cataluña ha hecho «mucho daño» y ha «perjudicado» al bienestar de la nación, por lo que, en su opinión, es uno de los principales problemas a los que se enfrenta España.
También reconoce que existen otras lacras que es necesario «frenar» como la corrupción, que ha hecho que «cuatro o cinco» hayan «reventado» al PP. Sin embargo, advierte de que «parece que todos los políticos son ladrones y no es así, la mayoría trabajan para las personas».
Su impresión sobre el presidente del PP, Pablo Casado, es que es «casi un novato» y le falta «corretaje», aunque le considera «competente» y con «ganas de trabajar».
Eso sí: pone en tela de juicio que tenga «la suficiente personalidad» para conseguir el Gobierno y ve difícil que llegue a la altura de Mariano Rajoy aunque asevera que puede que lo consiga.