El Partido Popular se ha estrellado en las elecciones generales. Y lo ha hecho de forma estrepitosa con unos resultados especialmente sonrojantes en Catalunya. Pablo Casado se ha estrenado de la peor manera, aunque a falta de un mes para las elecciones autonómicas y municipales no puede dimitir. El PP no puede presentarse a la nueva contienda electoral descabezado, aunque también es cierto que ni se le ha pasado por la cabeza la posibilidad de marcharse.
Los resultados del PP Balears no han sido buenos, sino todo lo contrario. La fuerza mayoritaria en las últimas elecciones generales -y casi siempre- se ha convertido en el cuarto partido más votado de Balears por detrás del PSIB-PSOE, Unidas Podemos y Ciudadanos. Si miramos los porcentajes de votos del PP en Balears no son buenos, aunque superan la media española. ¿Por qué? Porque el PP tiene un porcentaje muy bajo de votos en Catalunya y el País Vasco, que bajan obligatoriamente la media estatal. De todas, formas, el porcentaje de votos en Balears es bajo, muy bajo.
Pero el desastre de los populares en las Islas no me parece atribuible a la gestión de Gabriel Company y sus incondicionales, pese a que han cometido múltiples errores. Mejor dicho, no creo que el presidente del PP balear sea el más culpable. Hay otros y no viven, precisamente, en las Islas.