Terminó sustituyendo a Maria Salom como número uno al Congreso y tiene asegurado el escaño, aunque el CIS le deja como única representante del PP. Margalida Prohens (Campos, 1982) está convencida de que el resultado será mejor del que auguran las encuestas.
¿Dónde quería ir usted al final: al Congreso o al Parlament?
— Soy una mujer de partido, y aunque esta frase está muy manida, me la creo. Mi partido me ha dado muchas oportunidades, hay muchas personas que merecerían estar en los puestos que he ocupado y agradezco esta posibilidad trabajando a tope donde el partido ha decidido.
Llega en el peor momento para el PP, según el CIS.
— Estoy segura de que el domingo habrá sorpresas y de que el CIS se volverá a equivocar como otras veces. Es un momento complicado porque el centroderecha se presenta dividido y hay muchos indecisos, pero me lo tomo como un reto.
Sobre indecisos, ¿qué le diría a uno que duda entre Vox y el Partido Popular?
— Quien ha sacado a Vox en la campaña ha sido Sánchez porque los más interesados en el auge de Vox y los más beneficiados son Sánchez y la izquierda. Puede que algunos se sientan defraudados por el PP y piensen que en ocasiones no hemos estado a la altura de las circunstancias, pero con Pablo Casado todo ha cambiado. Siempre ha sido muy crítico con la corrupción y ha defendido claramente los valores del PP. Se merece una oportunidad. Si quieren que Casado sea presidente, que le voten para no llevarse luego un susto.
Programa electoral del PP
¿Es usted derechita cobarde?
— Estas etiquetas tienen mucho de márketing y a mi no me gusta esa política de showman. Es algo mucho más serio y, para gobernar un país, se necesita mucho más que saber desenvolverse en las redes sociales.
¿No le incomoda el viraje del PP a la derecha?
— El PP es un partido muy amplio y sigue ocupando el liderazgo natural del centro político. Me considero una persona de centro moderada, liberal y este es mi partido. En el PP cabemos muchos que somos capaces de llegar a acuerdos aunque no pensemos cien por cien igual.
Sobre otros indecisos, ¿por qué no hay que irse a Cs si se ha ido hasta Bauzá?
— Votar a un partido veleta es jugártela mucho. Votar es gratis, pero puede salir muy caro. Cs firmó un acuerdo con Sánchez, mantuvo a Susana Díaz, aquí presenta a Joan Mesquida, un histórico dirigente socialista... Nos la jugamos: si los escaños suman, habrá pacto PSOE-Cs.
Pero ustedes también tendrán que pactar con ellos.
— Sí, como en Andalucía, donde lo que importa es lo que se plasmó en un papel, pese a lo que algunos dijeron. El pacto de Andalucía sentó un precedente porque mostró qué lineas rojas no traspasará el PP y qué sí haremos, como eliminar el impuesto de sucesiones.
Ya no piden que gobierne la lista más votada.
— Pablo Casado ya lo explicó el otro día. El PP pidió aprobar una ley, que nadie aceptó, y si las reglas del juego ya están fijadas, lo están para todos. Sería muy injusto que esa norma no se aplique al PP si los demás han decidido que las reglas del juego son esas.
¿Se ve absteniéndose para que Sánchez sea presidente, como hizo el PSOE con Mariano Rajoy?
— Con este Pedro Sánchez resulta complicado. Investir por acción u omisión un presidente que necesita los votos de los independentistas la verdad es que no lo veo.
Lista completa de candidatos del PP al Congreso por Baleares
Usted está en el ‘no es no', veo.
— Con este Pedro Sánchez no queda más remedio. Está deslegitimado para ser presidente del Gobierno y se lo digo también a los votantes del PSOE: ha ido a los debates con mentiras y arrojando a sus contrincantes las muertas por violencia de género. Ha cruzado todas las líneas y, con su bajeza moral, ha quedado incapacitado para ser el presidente de todos los españoles.
¿Estas elecciones serán un aviso para las que vienen en mayo?
— Tendremos que ver qué pasa el domingo porque son unas elecciones con mucho indeciso. Si Sánchez ha querido hacer estas elecciones con un coste de 200 millones para que no coincidan con las otras, seguramente es porque cree que le puede beneficiar. Vamos a tomar estas elecciones como dos oportunidades para el cambio.