Guillem Balboa Buika (1965) nació en la entonces colonia española de Guinea, pero a los cuatro años se vino a vivir con su familia a Mallorca. Técnico de comunicación en la UIB, en 2015 da el salto a la política y es elegido regidor por Més en Alaró y en 2017 se convirtió en el primer alcalde negro de Baleares. Es el candidato de Veus Progressistes al Congreso, coalición que integra Més per Mallorca, Més per Menorca, Ara Eivissa, Esquerra y el Partido Socialista de Libre Federación.
Desde siempre Més o el antiguo PSM está a punto de sacar un diputado en Madrid. ¿Por qué esta vez es posible lograrlo?
—El comportamiento dual de la lógica bipartidista nos suele perjudicar. Pero ahora estamos en un contexto diferente: por la situación política del Estado, de auténtica emergencia, y por la fragmentación del voto de la derecha, que creemos que nos da más opciones para obtener un diputado.
Se ha dicho que en estos comicios solo con 40.000 votos Veus Progressistes podría obtener un representante.
—Sí, probablemente sería suficiente según nuestros cálculos, aunque, luego dependerá de la participación y otros factores. Si pudiéramos compensar este comportamiento dual con los 60.000 que logramos obtener en las últimas autonómicas tendríamos un diputado.
Han escogido Veus Progressistes y no –por ejemplo– Veus Sobiranistes, y el discurso de campaña parece centrarse en el eje izquierda-derecha por encima de otras aspectos. Si se trata de parar a la derecha, ¿por qué no votar a Podemos o el PSOE, que supuestamente tienen más posibilidades de lograr escaños?
—Esto es la lógica del voto útil. Nosotros no solo somos de izquierdas, también somos ecologista, feministas y soberanistas. Esto no se garantiza solo con el PSOE. En un escenario donde las mayorías absolutas han muerto, apostamos por la cooperación entre fuerzas de izquierdas progresistas y transformadoras para evitar un nuevo retroceso.
Programa electoral de Veus Progressistes
Podemos ya defiende estos postulados.
—Pero Podemos y el PSOE no se bastan. Y además es fundamental romper la lógica de la política construida, pensada y emanada desde una posición central del Estado. Quiero decir que lo que llamamos ‘realidades periféricas' deben estar presentes en Madrid.
Insisto: estas realidades periféricas recuerdan a Podemos, me parecen una eufemismo de lo que el PSM llamaba ‘nación'.
—Con realidades periféricas no me refería a una cuestión de nación sino a realidades políticas que están naciendo alrededor de Madrid, como en Galicia o en Valencia. Son realidades semejantes a la nuestra con las que queremos cooperar. Es necesario romper la lógica imperial, que aun existe. Més es un partido soberanista, lo que quiere decir que hay gente independentista, gente que no lo es, gente más federalista, etcétera. Pero tenemos algo en común: queremos la máxima cota de autogobierno posible.
Un independentista, un federalista y un autonomista no aspiran al mismo autogobierno.
—Yo no soy autonomista. No escondemos aquellas reivindicaciones más nacionales o identitarias: también hemos hablado de lengua, por ejemplo. No hemos dejado de reivindicar estas cuestiones, lo que sucede es que ahora nos enfrentamos a algo que va mucho más allá de esto. Nos estamos planteando dar un salto hacia delante o hacia atrás. Ahora debemos luchar para que no se impongan lógicas de recentralización, de eliminación de derechos de territorios o las competencias en educación. El eje izquierda-derecha es fundamental en estos momentos, sin dejar de lado el otro.
¿Más que el eje nacionalista?
—No se si más, pero en estos momentos es fundamental.
Lista de candidatos de Veus Progressistes al Congreso por Baleares
En caso de tener que formar grupo parlamentario, ¿preferiría ir con Compromís o con Esquerra?
—Aun no lo hemos hablado, pero consideramos interesante que haya opciones alternativas.
Usted también es el número 2 de Més en la lista del Consell. En caso de lograr el acta en el Congreso, ¿qué hará?
—No sucederá. El partido pensaba en unas autonómicas y locales, las generales nos han cogido a contrapié. No soy partidario de combinar cargos, y el trabajo de diputado requiere una dedicación exclusiva.