Eduardo Sánchez es el candidato de Actúa en las elecciones autonómicas del próximo 26 de mayo. Como buen jugador de ajedrez, se plantea los comicios como una partida para la que ya tiene organizada su estrategia: lograr el voto de los descontentos con el resto de partidos de izquierda y terminar de construir Actúa.
Sánchez es doctor en Historia del Arte y su afición a la política lo llevó a hacer una tesis en arte y política sobre los años 60. Desde joven ha participado de forma muy activa en los movimientos sociales antiglobalización y ha participado como activista en movilizaciones contra el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En el año 2015 se unió a Podemos y en las elecciones autonómicas participó como apoderado por el círculo de su pueblo de acogida, Santa Maria. Sin embargo, muy pronto se sintió desencantado y abandonó la formación morada. El detonante fue la rueda de prensa de Pablo Iglesias en la que se atribuyó el CNI y varios ministerios de un gobierno de coalición con el PSOE, que nunca llegó a existir.
Sánchez se refugió en Izquierda Unida, el partido de sus padres. En poco tiempo, en el año 2017, lo hicieron secretario de organización interinsular. Le tocó lidiar con asuntos muy espinosos, como los 5.190 euros que no estaban justificados en las cuentas del partido durante la etapa de Manel Carmona o la desbandada de militantes. Él mismo fue uno de los que se fue porque no estaba de acuerdo con la «fagocitación de Izquierda Unida por parte de Podemos».
Tras su dimisión, Monteserrat Seijas -que había sido expulsada de Podem- le ofreció un trabajo de asesor en el grupo mixto del Parlament; lo aceptó porque llegó a la conclusión de que había sufrido una «purga» de la formación morada.
El proyecto de Actúa, liderado por Gaspar Llamazares, le ha devuelto la ilusión por la política y espera que a medio-largo plazo de sus frutos.
El candidato de Actúa al Govern es hijo de padre argentino y madre marbellí. Con 21 años, cuando no había terminado sus estudios, se vino a Mallorca para trabajar en la construcción. Entonces ya se enamoró de la Isla, que le recuerda a «la Costa del Sol antes de que fuese destruida por la construcción en los 90», volvió en 2004, se fue de nuevo y desde 2015 vuelve a vivir aquí.
Sánchez precisa que el catalán no es un problema para él y destaca que por las tardes practica la inmersión lingüística con su hija de seis años; próximamente se presentará al examen de nivel B de catalán.
El próximo 26 de mayo tiene la partida más difícil que, de momento, ha jugado en su vida; seguro que las estrategias aprendidas en el ajedrez le son muy útiles.