El candidato del PSOE para el 20-N, Alfredo Pérez Rubalcaba, felicitó ayer al presidente del PP, Mariano Rajoy, por su victoria en las urnas, prometió que su partido estará a la altura de la confianza y pidió al líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, que convoque pronto un congreso.
Flanqueado por su directora de campaña, Elena Valenciano, Rubalcaba compareció pasadas las diez de la noche en la sala Ramón Rubial, donde le esperaban centenares de militantes y simpatizantes, que le recibieron al grito de «Presidente, presidente» y «Como tú, ninguno».
Ante ellos, en una declaración sin preguntas de cinco minutos, explicó que ha trasladado a Zapatero su convicción de que es necesario convocar «lo antes posible» el congreso ordinario, dentro de los plazos que señalan los estatutos, para elegir a la nueva ejecutiva federal y al nuevo secretario general, un cargo al que no dijo si piensa optar o no.
Durante su breve alocución, el candidato socialista reconoció que el PP ha ganado «ampliamente» las elecciones y que le corresponderá por lo tanto la tarea de formar gobierno.
A título personal y en nombre del PSOE le trasladó la enhorabuena a Rajoy y le deseó suerte «en la importante responsabilidad que va a asumir».
Valoró también la participación en las urnas, de casi un 72 por ciento, según dijo, un dato que «habla una vez más de la fortaleza de la democracia en la sociedad española».
El candidato reconoció que el PSOE no ha tenido un buen resultado y que ha perdido «claramente las elecciones», si bien hizo hincapié en que ha obtenido el respaldo de siete millones de votantes.
A ellos se dirigió para agradecerles «de todo corazón» su apoyo, sobre todo «en unas circunstancias especialmente difíciles para la sociedad española». «Y para quienes hemos tenido la responsabilidad de gobernar durante los años de la peor crisis económica que hemos tenido», agregó. «Un apoyo —incidió— que tiene un enorme significado para nosotros».
El PSOE —subrayó el candidato— «tiene un profundo arraigo en la sociedad española, una gran solidez institucional y una vocación permanente de representar a la mayoría».
«Con ese bagaje —añadió—, hoy afrontamos esta etapa de nuestra historia e iniciamos el camino para recuperar la mayoría política y social».
Según dejó claro, el PSOE estará «a la altura de esta confianza» y liderará la oposición de acuerdo con su identidad política, sus valores y sus convicciones.
«Vamos a trabajar con todas nuestras fuerzas para conseguir la recuperación de la economía y el empleo», prometió, y también aseguró que defenderá con todas sus fuerzas que la lucha contra la crisis no signifique una pérdida de los derechos.
Así, los socialistas darán la batalla en la defensa de los servicios públicos como la sanidad y la educación, de la igualdad y de todos los derechos civiles y las libertades.