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Las bolsas europeas ponen a prueba su fortaleza

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Continúa siendo, al menos de momento, un buen año para las bolsas europeas con subidas de rentabilidad (en menos de dos meses) de dos dígitos en algunas de ellas, algo que extrapolándolo a 12 meses daría rentabilidades superiores al 50%.¿Sería lógico ese crecimiento geométrico de las bolsas a pesar de todo lo que está pasando económicamente? La inflación sigue alta, de hecho esta misma semana hemos conocido el dato preliminar de febrero en España y ha sido realmente negativo con una subida de precios muy por encima de lo esperado (especialmente en términos mensuales). Además, los bancos centrales es seguro que todavía subirán más los tipos de interés y la guerra de Ucrania ya lleva más de un año y no tiene visos, desgraciadamente, de parar.

Viendo esto, da para estar asustado, de hecho el miedo de los inversores está casi en máximos históricos tras las últimas caídas de las bolsas, especialmente de los minoristas. Además de que esto por si solo ya es un indicador positivo, normalmente cuando los pequeños inversores tienen miedo (no es difícil monitorizarlo) las bolsas suben, hay que pensar que los tres factores anteriores ya vienen del año pasado.

Sí, tanto inflación, como subida de tipos como guerra ya están incorporados en todos los análisis y seguramente de forma sobrerreaccionada en algunos casos viendo cómo están presentando resultados las cotizadas, con muchas sorpresas positivas y cómo están cayendo los precios de las materias primas, tanto industriales, como alimentarias o energéticas.

Está claro que no se puede cantar victoria y alguno de estos tres factores todavía puede empeorar, además de aparecer alguno de nuevo. En este entorno las bolsas europeas lo podrían hacer mejor que las americanas, si sigue la incertidumbre de precios y de subidas de tipos de interés al tener más componentes defensivos entre sus componentes: hay mucho banco, mucho servicio público y poca tecnología (al menos en el peso de los principales índices bursátiles). Sin embargo, si hay cierta estabilidad y las subidas de tipos son las previstas, podríamos ver como, una vez más (el año pasado fue una excepción), los índices de Estados Unidos lo harían mejor que los del Viejo Continente, especialmente teniendo en cuenta el enorme peso de las grandes tecnológicas como Apple, Alphabet (Google), Amazon, Microsoft, NVIDIA y, algo menos tras el desplome del año pasado, Tesla y Meta (Facebook, Whattsapp o Instagram).

Para las próximas semanas no tendremos tantos resultados empresariales, ya está acabando la temporada, pero sí datos macroeconómicos relevantes, especialmente los de inflación (que en Europa se publica doble: dato preliminar y definitivo) y las reuniones del Banco Central Europeo (además de los comentarios de banqueros centrales), la próxima el 16 de marzo, una semana antes que la Reserva Federal Americana, cuyos resultados también afectarán a Europa. Ante esta situación, los soportes de los principales índices europeos pueden marcar la continuación de la tendencia alcista iniciada en 2023. Así hay que tener en cuenta, en función del plazo, los 9.200-8.800 para IBEX; 4.100-3.850 para EuroStoxx o 14.600-13.500 para DAX.

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