El presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, se ha dirigido hoy a los más de 600.000 accionistas de la Sociedad en la segunda Junta General de Accionistas 100% telemática de la compañía y la primera del Ibex 35 que ha permitido el voto mediante un código QR, para facilitar el acceso a la votación en tiempos de pandemia.
Durante su intervención desde la Torre Iberdrola de Bilbao ha reafirmado el compromiso inversor de la compañía para contribuir a paliar las consecuencias de la pandemia y consolidar la recuperación económica y el empleo: «En 2020, alcanzamos nuestro récord de inversión, con unos 10.000 millones de euros, que este año batiremos de nuevo, llegando a los 17.000 millones de euros». Estas inversiones han permitido la puesta en servicio de cerca de 4.500 MW verdes en 2020 y comenzar la construcción de otros 8.700 MW.
El quórum ha sido del 65,83% del capital social, especialmente relevante teniendo en cuenta el carácter telemático de la Junta. Este año, la Junta ha registrado un relevante incremento de participación de inversores institucionales, nacionales e internacionales. Todos los bloques de acuerdos incluidos en el orden del día han sido respaldados con un voto afirmativo superior al 98%, distribuidos del siguiente modo:
—Grupo 1 (resultados de la gestión): 98,52%.
—Grupo 2 (sistema de gobernanza y sostenibilidad): 98,48%.
—Grupo 3 (retribución del accionista): 99,49%.
—Grupo 4 (Consejo de Administración): 94,23%.
—Grupo 5 (autorizaciones y delegación de facultades): 99,68%.
—Grupo 6 (votaciones consultivas): 91,67%
Durante su intervención, Ignacio Galán, ha destacado que «hace 20 años definimos una estrategia y un modelo empresarial y, desde entonces, hemos invertido 120.000 millones de euros en energías renovables, redes inteligentes y almacenamiento energético, llevando a cabo una expansión internacional sin precedentes para hacer de nuestro Grupo un líder global por tamaño y resultados».
Y ha subrayado que «fuimos pioneros en promover la transición energética y, desde entonces, la venimos impulsando, a pesar del escepticismo que alimentaron quienes pretendían que nada cambiara. Y puedo decir con orgullo que hoy nos hemos convertido en un líder energético global indiscutible. Quienes se escudaron entonces en debates ya superados podrán seguir atacándonos con otros pretextos. No lo consiguieron entonces y no lo conseguirán ahora. Contamos con la experiencia, el conocimiento, la tecnología y con un equipo diverso, comprometido y preparado para afrontar nuevos retos. Estamos en el mejor sector, en el mejor momento y en la mejor empresa. Nuestro proyecto tiene hoy más sentido que nunca, porque nunca antes había sido tan importante contar con empresas sólidas y responsables, capaces de crear progreso, empleo y bienestar y garantizando un futuro sostenible a sus empleados y a las sociedades que servimos».
Las referencias del presidente de Iberdrola también han ido dirigidas al futuro: «contemplamos con satisfacción el acuerdo casi unánime acerca de la necesidad de acelerar la transición energética y afrontamos este contexto global de apuesta por la electrificación desde una posición sólida y diversificada geográficamente, que se verá reforzada en los próximos años con nuestro plan de inversiones de 75.000 millones de euros hasta 2025. Y que podría alcanzar los 150.000 millones de euros a 2030, para triplicar nuestra capacidad renovable, hasta situarla en 100.000 MW a final de la década, con al menos, 12.000 MW eólicos marinos, y seguir expandiendo y reforzando nuestras redes de transporte y distribución para atender una demanda creciente de electricidad».
Efecto tractor sobre la industria y el empleo
El esfuerzo inversor de la compañía ha permitido la dinamización de su cadena de valor y su contribución al mantenimiento y creación de empleo. «Desde comienzos de 2020, hemos realizado pedidos a nuestros proveedores por 18.000 millones de euros, la mayor de nuestra historia centenaria en tan corto espacio de tiempo. Gracias a ello, se han podido preservar los 400.000 puestos de trabajo que nuestra actividad genera en toda la cadena de valor, 85.000 de ellos en España». En ese periodo, además, se han incorporado al Grupo 6.000 nuevos profesionales.
Este efecto tractor se ha trasladado a otros ámbitos: en 2020, el grupo aportó 7.475 millones de euros de contribución fiscal en el mundo, de los que 3.380 millones fueron en España. Asimismo, mantuvo su apuesta por la innovación y la formación su compromiso con las personas en el fomento de la igualdad de género, la conciliación y la diversidad, siendo reconocidos de nuevo en el índice internacional Bloomberg Gender Equality.
Expansión internacional y alianzas estratégicas
Durante su intervención en la Junta, el presidente de Iberdrola ha hecho referencia a la estrategia de financiación verde para acelerar el crecimiento -«seguimos siendo líderes mundiales en financiación verde y sostenible, con más de 32.000 millones de euros»-, así como la actividad corporativa desarrollada en los últimos meses pese a las restricciones de movilidad. En este sentido, ha destacado las adquisiciones realizadas en Estados Unidos, como es el caso de PNM Resources, la eléctrica de Nuevo México y Texas; en Brasil, con la compra de la distribuidora de Brasilia; y en Australia, con la integración de la principal compañía de energía renovable del país, convertida en Iberdrola Australia. Asimismo, ha subrayado la creación de nuevas plataformas de crecimiento en el mercado eólico marino en países como Suecia, Irlanda, Polonia y Japón.
También ha concretado el avance en alianzas estratégicas «con empresas como Volkswagen, Renault o Mercedes en el sector automovilístico; Total, BP o Mitsubishi Power, en el energético; Mapfre, en el financiero; y con multitud de compañías industriales con las que estamos impulsando el hidrógeno verde, las energías renovables y la eficiencia energética».
Crecimiento en resultados y retribución al accionista
La consecuencia de este efecto inversor y el ritmo de su actividad se ha trasladado a los resultados, la evolución en bolsa de la compañía y la retribución a sus accionistas. En 2020, el EBITDA se situó por encima de los 10.000 millones de euros y beneficio neto ascendió a 3.611 millones de euros, incrementándose un 4,2% o un 10%, si se ajusta el impacto del COVID-19.
En 2020, la acción de Iberdrola se revalorizó un 27,5% -frente a una caída del 15,5% del Ibex-35- superando con holgura al índice Eurostoxx 50 y al conjunto de las eléctricas del continente. Esta evolución, junto al dividendo abonado, permitió registrar una rentabilidad total al accionista del 32,7%. En el ejercicio, la capitalización volvió a alcanzar un récord, superando los 70.000 millones de euros y multiplicando por más de 6 su valor desde 2000. De esta forma, Iberdrola se situó como una de las tres eléctricas más grandes del mundo por valor bursátil, la empresa con más peso en la Bolsa española, una de las 15 primeras compañías de Europa por capitalización de todos los sectores y una de las 150 mayores del mundo.
En este contexto, la Junta de Accionistas -a propuesta de su Consejo- ha aprobado un dividendo complementario de 0,252 euros por acción, que se abonará en julio. Este, sumado al dividendo a cuenta ya distribuido, representa una remuneración total de 0,42 euros por acción, un 5% superior al distribuido un año antes. «Esperamos continuar incrementándolo en 2021 hasta los 0,44 euros por acción, superando en ambos casos el suelo fijado para 2022», ha comentado.
Actitud dialogante y defensa del interés de sus grupos de interés
En su discurso ante los accionistas, el presidente de Iberdrola también ha comentado la actualidad normativa en España: «confiamos en que el Anteproyecto de Ley recientemente presentado en nuestro país, que introduce cargas injustificadas sobre tecnologías no emisoras, sea reconducido a lo largo de su tramitación para buscar soluciones que garanticen la coherencia plena entre la política energética que apueste por la descarbonización y un marco normativo y regulatorio estable y fiable», ha comentado.
«Son muchos los factores que afectan al precio de la electricidad, pero sin duda el más significativo es el grado de impuestos, cargas y tasas que se le imponen y que, en buena medida, pagan los ciudadanos. Por ello, acogemos positivamente las recientes declaraciones del Gobierno en sede parlamentaria acerca de una posible reducción de los impuestos, cargos y tasas, que ya suponen cerca del 60% de la factura que pagan los ciudadanos», ha añadido.
«El principal beneficiario de los altos precios de la electricidad, sobre todo en un escenario como el actual con un elevado precio del CO2, es la Hacienda Pública, que recibe, no solo unos cuantiosos impuestos proporcionales al precio de la energía, sino también los ingresos por la venta de derechos de CO2, que este año podrían alcanzar los 2.500 millones de euros». Y ha apuntado que «tal y como han indicado multitud de agentes y organismos en sus alegaciones al Anteproyecto de Ley y también los principales analistas financieros y agencias de rating, es imprescindible que el marco regulatorio preserve la seguridad jurídica y la confianza legítima de los inversores».
«Pueden estar seguros de que en Iberdrola mantendremos una actitud dialogante, pero también nuestro compromiso con la defensa de sus intereses, señores accionistas, y los del resto de nuestros grupos de interés», ha concluido.
Objetivo, la neutralidad climática
En la Junta General de Accionistas, el presidente de Iberdrola ha destacado también los avances y el firme compromiso de la compañía con la contribución social y medioambiental, en consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas: “Nuestras emisiones de CO2 se sitúan ya en solo 28 gr/kWh en Europa, 10 veces menos que nuestros pares, y nuestro objetivo es alcanzar la neutralidad climática para 2030, 20 años antes de la meta europea».
La acción climática es un eje prioritario sobre el que han sido consultados, en votación, los accionistas de la compañía. «Seguimos trabajando para anticiparnos a los nuevos retos en materia de sostenibilidad y mantenernos a la vanguardia de las mejores prácticas de gobierno corporativo», ha explicado Galán. Por ello, «hemos estructurado nuestro gobierno interno en torno a criterios ESG y hemos asumido nuevos compromisos en las materias medioambiental, social y de gobierno corporativo».
Y así, junto a la consulta sobre el contenido de la política climática de la compañía -y también de forma pionera-, los accionistas de Iberdrola han aprobado la reforma de los Estatutos Sociales, que confía al Consejo de Administración la aprobación y actualización periódica de un plan de acción climática, que permitirá a la compañía alcanzar el objetivo de la neutralidad climática.