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La temporada se apaga

Los turistas no han proliferado este verano en la playa de Palmanova. Las restricciones del gobierno británico han sido determinantes para la zona. | Aina Ginard

| | Palma |

La temporada ha sido corta. Y pésima. Un fracaso rotundo. La gran mayoría de los hoteles ha cerrado ya sus puertas y la práctica totalidad de los que quedan abiertos tiene previsto dar la temporada por concluida a finales de septiembre como muy tarde. Las previsiones más optimistas que pronosticaban que septiembre contaría con buenas ocupaciones han quedado más que obsoletas y nadie ya piensa en octubre. Los hoteleros que mantienen abierto están ahora centrados en el cierre de la campaña. Están atareados en la búsqueda de un establecimiento al que desviar las escasas reservas que tienen. Después, llegará el momento de pensar en la temporada que viene. Hoy por hoy, nadie se atreve a realizar un pronóstico y hay coincidencia casi unánime en señalar que dependerá de la situación de la pandemia. Los hoteleros repiten una y otra vez que Baleares no sufre una crisis de destino, que sería de consecuencias gravísimas, sino que la casi total ausencia de demanda se debe a la pandemia. Son conscientes de que el control del coronavirus y la universalización de una vacuna serán determinantes para recuperar los niveles de turistas de 2019. En todo caso, nadie confía ahora en que la temporada de 2021 consiga recuperar los niveles de 2019. De hecho, la inmensa mayoría se daría por satisfecho por poder abrir sus establecimientos sin que existan restricciones ni recomendaciones negativas de los principales mercados emisores. La recuperación total se plantea para 2022 como muy pronto.

La prueba piloto ideada por la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca y la Asociación de Cadenas Hoteleras transformó en optimismo el desánimo que habían dejado el confinamiento y el cierre de fronteras. Duró poco la alegría, puesto que fue el 27 de julio cuando el Reino Unido impuso una cuarentena de 14 días a todos los viajeros procedentes de España. De esta manera, el mercado británico quedaba prácticamente paralizado. Tui, por ejemplo, canceló todos sus vuelos hacia Baleares y así continuarán en Mallorca hasta el 20 de diciembre. A Menorca y Ibiza no está previsto que lleguen los primeros vuelos de Tui hasta que se inicie la temporada de invierno.

La temporada estaba claro que sería mala, pero quedaba aún el mercado alemán. La evolución de la pandemia en España fue determinante para que Alemania decidiera recomendar no viajar a España desde el 14 de agosto. Canarias, desde el pasado jueves día 3, tampoco es un destino recomendable para Alemania. Las reservas cayeron de forma inmediata y muchos hoteles, después de abrir sus puertas a mediados de julio, se vieron obligados a cerrar antes de que acabara agosto. De esta manera, a las masivas cancelaciones procedentes de Gran Bretaña se sumaban las de Alemania. El desastre era absoluto.

El mercado español experimentó también un importante retroceso, aunque ha sido el que mejor comportamiento ha tenido.

De hecho, el turismo nacional ha hecho posible que muchos establecimientos permanecieran abiertos. El resto de mercados experimentaron en general grandes retrocesos, que a medida que empeoraba la situación sanitaria en España han ido incrementándose. Las restricciones para viajar a España han ido proliferando. Francia no tiene restricciones a la movilidad con Baleares, pero sí con Catalunya y Aragón.

Las restricciones de Alemania provocaron una severa caída de la demanda en la Platja de Palma.

En Italia, se obliga a los ciudadanos a presentar un PCR negativo realizado en España 72 horas antes del regreso o realizarlo en el punto de entrada en Italia o bien en un centro de salud de referencia en las 48 horas siguientes a la llegada. Evidentemente, las restricciones han convertido el turismo procedente de Italia en residual.

En Bélgica, están prohibidos los viajes a diferentes comunidades autónomas, entre ellas Baleares. Obliga a guardar cuarentena y a realizar test obligatorios.

En Suiza, la recuperación de las conexiones aéreas fue paulatina desde los últimos días de junio hasta llegar a conectar directamente los mismos 17 destinos que la temporada anterior, aunque con menor número de frecuencias. Los rebrotes han ido reduciendo las rutas y las frecuencias.

Países Bajos solo autoriza los viajes a España esenciales y hay que guardar cuarentena a la vuelta. Además, los austriacos que viajen a España han de guardar cuarentena a su regreso. Desde el 24 de agosto, los turistas de la República Checa que viajan a España, con la excepción de Canarias, han de guardar cuarentena o presentar un test negativo. Noruega recomienda no viajar a España desde el 24 de julio. Al regresar, hay que hacer cuarentena, tal y como sucede también en Dinamarca y Finlandia. Los irlandeses han de guardar cuarentena al regresar a su país, puesto que los viajes a España están desaconsejados. En Hungría también hay que guardar cuarentena al regresar.

En cambio, no hay restricciones desde Suecia, aunque el número de frecuencias con Baleares se ha restringido. Desde Polonia tampoco hay limitaciones, aunque el gobierno anunció la semana pasada que estaba estudiando prohibir los viajes a España y provocó que la demanda se redujera de forma importante.

Datos julio

Las estadísticas oficiales sobre el número de turistas llegados a Baleares durante el pasado mes de julio corroboran el desastre. El número de visitantes ha caído en Baleares un 70,23%. El mercado que mejor ha aguantado es el español, si bien el retroceso ha sido del 45,62%. El mercado extranjero que menos cayó durante julio fue el alemán, aunque bajó un 60,15%. La situación varió de forma importante en agosto con las restricciones fijadas por el gobierno alemán. El mercado británico cayó en julio un 84,46%.

Por islas, el número de turistas bajó en julio un 71,67% en Mallorca; un 69,8% en Ibiza y Formentera; y un 62,49% en Menorca.

La playa de Palmanova presentó un aspecto casi desértico durante muchas jornadas de la temporada veraniega.
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