Madrid aprobó el pasado lunes la prueba piloto que hará posible que 10.900 turistas lleguen a Mallorca desde el lunes 15 y hasta el 30 de junio.
Tres hoteles en la Playa de Palma -Riu Bravo, Riu Concordia e Iberostar Cristina- y dos en el Port de Alcúdia -Viva Golf y Alcúdia Garden- abrirán sus puertas el lunes.
El Govern y los hoteleros pretenden testar el funcionamiento de los protocolos sanitarios que aplicar. Es una prueba vital que ha de servir para posicionar a Baleares como un destino seguro. Es de capital importancia que los mercados emisores -el alemán, en este caso- sepan que los turistas pueden viajar a las Islas con seguridad, sin miedo al contagio. Los protocolos son claros, pero falta saber cómo funcionan en la práctica.
No menos importante que la evaluación de los protocolos sanitarios es que los turistas obtengan una experiencia positiva. En este sentido, los hoteleros están preocupados ante la falta de oferta complementaria y la sensación de soledad que pueden tener los turistas en la Playa de Palma y Alcúdia.
En este sentido, son pocos los establecimientos de restauración abiertos en las zonas. En Alcúdia, el Viva Golf, en primera línea, con acceso directo a la playa, se encuentra ubicado en la carretera de Artà, muy cerca del Alcúdia Garden, que tiene su entrada por la Avinguda de la Platja. Enfrente, el hotel Condes de Alcúdia y justo al lado el Bahía de Alcúdia, ambos cerrados. Bares, restaurantes y la inmensa mayoría de comercios estaban el pasado miércoles cerrados. Las calles presentaban un aspecto desolador, desértico, aunque algunos residentes se dejaban ver caminando por el paseo que bordea la playa. Eso sí, los pocos establecimientos abiertos cuentan con su habitual clientela, que se acumula en las terrazas. La estampa era mucho más propia de un día de noviembre que del cuarenta de mayo.
La situación no es mucho mejor en la Playa de Palma. El Riu Concordia, que ha sido completamente modernizado esta temporada, y el Riu Bravo, así como también el Iberostar Cristina, tiene la inmensa mayoría de la oferta complementaria de su alrededor cerrada. Los bares y restaurantes de primera línea de mar continúan sin abrir y la inmensa mayoría de souvenirs están tal y como quedaron al acabar la temporada pasada.
El plan piloto está previsto que posibilite la visita de más de 10.000 alemanes a Mallorca, aunque el resultado de su experiencia de viaje es una incógnita. Y esta cuestión, evidentemente, preocupa a los hoteleros. En este sentido, tanto en Alcúdia como en la Platja de Palma, las habituales zonas de ocio nocturno están cerradas a cal y canto.
Los hoteles no tienen limitaciones de alojamiento. Pueden tener la totalidad de sus habitaciones abiertas, aunque sí deben cumplir con la normativa vigente. En la fase 3, durante la llegada de los turistas del plan piloto, las zonas comunes de los hoteles y alojamientos turísticos -comedor, recepción, salones...- deberán contar con el 60% de su aforo.
Una vez superada la fase 3, la normativa no fija tampoco limitaciones a la capacidad alojativa. Establece que en las zonas comunes se deben establecer las medidas organizativas oportunas para evitar aglomeraciones y garantizar que clientes y trabajadores mantengan una distancia de seguridad inter personal mínima de 1,5 metros.
En principio, aunque los empresarios pueden adoptar la decisión que consideren más conveniente, los hoteles abrirán al 100% desde el primero de julio, respetando los protocolos fijados, evitando siempre aglomeraciones y respetando las medidas de distancia social establecidas. Otra cuestión es que cuenten con clientes suficientes que garanticen una buen ocupación.
El mes de junio del año pasado llegaron a Baleares 2.403.572 turistas, 1.670.080 de ellos en Mallorca. Las pernoctaciones hoteleras llegaron a 9.226.162 en Baleares y, de ellas, 6.913.705 en Mallorca. En concreto, la zona turística de la Playa de Palma registró 1.097.311 pernoctaciones, mientras que la zona de Pollença y Alcúdia registró 799.456 pernoctaciones.