Permítanme, al ser este mi primer artículo del año, desearles lo mejor para este 2017.
Durante el último trimestre del pasado año 2016 empezaron a publicarse notas de prensa y noticias sobre la creación de bases operativas de varias compañías aéreas que actualmente operan en el aeropuerto de Palma de Mallorca. De lo que implica para el gestor aeroportuario y lo que supone a la contribución del desarrollo económico de la región donde está el aeropuerto, les escribo en estas líneas.
El hecho de que una compañía aérea se plantee crear una base en un aeropuerto supone que se ponga en marcha nuestra maquinaria interna, desde el área comercial que debe proveer espacios para que puedan llevar a cabo sus actividades, como las operativas: seguridad, operaciones, servicios aeroportuarios, etcétera, todos de manera conjunta, trabajamos para que el “aterrizaje” de la aerolínea sea lo más fácil y por supuesto lo más acorde a sus necesidades.
Al mismo tiempo, la aerolínea normalmente amplía sus contratos con las diferentes empresas de servicios a aeronaves como, por ejemplo: limpieza a bordo, catering, suministro de combustible, etc., puesto que la creación de una base va ligada a la pernocta de una aeronave (el avión “duerme” en el aeropuerto) que necesita de esos servicios. También se establecen nuevas pautas de trabajo con su compañía de handling al tener una relación más directa.
El Consejo Internacional de Aeropuertos de Europa (ACI Europe) hace unos años publicó un documento guía en el que daba las pautas para el cálculo del impacto económico de la actividad de un aeropuerto. Del mismo, puede establecerse una estimación de lo que supone la creación de una base por incremento en las operaciones y, por ende, en el número de pasajeros que transporta. Según este informe, en aeropuertos de más de 10 millones de pasajeros al año, 1.000 pasajeros extra pueden crear 0,85 puestos de trabajo directos. Aunque el modelo es complejo y tiene más variables, es indudable que las ventajas son evidentes.
Lo anterior supone, por lo que vemos de otros casos, un incremento de actividad que obliga a la creación de nuevos puestos de trabajo. Sin ir más lejos, el pasado junio una compañía que estableció base de dos aviones en el aeropuerto de Palma de Mallorca para realizar vuelos con destinos nacionales, publicó que entre pilotos y tripulantes de cabina debía contratar a 60 personas. Y eso es solo lo que se conoce como contratación directa, como ya he comentado anteriormente. Hay que recordar que normalmente también implica una contratación indirecta de las empresas que proveen servicio a la operativa de una base.
Haciendo un breve recuento de las intenciones en forma de noticias publicadas por diversas compañías aéreas el año pasado, para este 2017 habrá 3 nuevas bases estacionales (operando aproximadamente una media de 8 meses) y una base anual; lo que puede suponer junto con las ya existentes, unos 24 aviones pernoctando en el aeropuerto.
Volar a más destinos, a más países, en definitiva mejorar nuestra conectividad, es un objetivo que llevamos persiguiendo desde hace muchos años, por ello, nuestro trabajo junto con el del resto de instituciones y organizaciones que integramos los Comités de Rutas y el Comité de Coordinación Aeroportuaria es conseguir que se creen las condiciones necesarias para que puedan establecerse nuevas bases que contribuirán a mejorar la conectividad y al desarrollo económico de la isla.