El diálogo siempre es positivo. Inmaculada Benito, presidenta de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca, y Macià Blázquez, profesor de Geografía de la Universitat de les Illes Balears y expresidente del Grup d'Ornitologia Balear (GOB), mantienen una excelente relación personal. Se saludan efusivamente, bromean en diversas oportunidades y debaten siempre desde el respeto. Reunidos en el hotel Portitxol de Palma, el intercambio de argumentos demuestra que las discrepancias son profundas y que no hay acuerdo posible en varias cuestiones. Deja patente también que los puntos de encuentro existen y que las coincidencias son notorias.
Su oposición al alquiler vacacional en viviendas plurifamiliares es frontal. “El uso turístico dificulta el acceso a la vivienda. El alojamiento turístico tiene que hacerse en establecimientos reglados y en las factorías turísticas. Es decir, en hoteles y apartamentos”, apunta Blázquez, mientras que Benito asiente. “Nuestro argumento es muy parecido. Se ha generado un movimiento especulativo sobre el alquiler de viviendas que pensamos que es muy negativo para Balears. Defendemos, lógicamente, el alojamiento reglado. Hemos tenido desde los años 80 un techo de plazas y estamos en un proceso de reforma y renovación de la planta que implica más generación de empleo y menos turistas. Las reformas nos llevan a más calidad y nuevos servicios, y a la reducción del número de turistas”, explica la presidenta de los hoteleros, que considera también que el uso itinerante que se quiere dar al suelo residencial es muy perjudicial. Añade que puede llevar a la necesidad de generar infraestucturas nuevas que no se necesitan.
ALQUILER VACACIONAL. Benito defiende una normativa más restrictiva de la existente para el alquiler vacacional en unifamiliares y Blázquez considera que debería prohibirse totalmente. La presidenta de los hoteleros recuerda, además, que con la actual normativa se han legalizado unas 90.000 plazas.
Blázquez habla claro. “El uso de viviendas para alojamiento turístico tendría que estar prohibido. No es apropiado porque supone un deterioro de la distribucción de usos en el territorio, además de provocar una mayor saturación de las infraestructuras y de los espacios púbicos. La solución pasaría por prohibirlo. Los unifamiliares han dado pie a la urbanización extensiva de fora vila. La solución es la contención y si hace falta el decrecimiento”, afirma.
Benito explica que la proliferación del alquiler vacacional quiebra el actual modelo, mientras que Blázquez niega que se rompa, pero asegura que empeora la situación.
“La quiebra del actual modelo no sería un buena noticia. Supondría pasar de una economía del bienestar que genera empleo y riqueza a un modelo que no añade valor y que frena el proceso de reposicionamiento y de mejora de la calidad, que genera mayor estacionalidad y saturación porque incrementa capacidad en temporada alta. Además, la comercialización de las viviendas ha restado derechos insalvables como son el derecho a la vivienda, el derecho a la convivencia o al descanso”, asegura la presidenta de los hoteleros.
El profesor de la UIB y expresidente del GOB se muestra crítico con los hoteleros, a los que acusa de defender su monopolio, al tiempo que asegura que el alquiler vacacional empeora una situación ya de por sí insostenible. “Entiendo que desde la Federación Hotelera se defienda preservar las rentas monopolísticas del alojamiento turístico. Ellos quieren que sus factorías sean las únicas. Cada uno defiende su negocio. Los hoteleros defienden este modelo fordista, de producción y consumo en masa. Son cadenas hoteleras, no pequeños empresarios, que tienen alianzas con fondos de inversión y bancos”, critica Blázquez, que aboga por ponerle freno. La presidenta de los hoteleros niega los argumentos de Blázquez. “No es verdad que estemos ahí por la competencia desleal, que lo es. Tampoco es cierto que queramos todo el pastel para nosotros. No podemos seguir basados en un modelo de cantidad. El sistema turístico es de masas, se basa en cantidad, pero queremos ir a un sistema de ingresos que con menos gente se genere lo mismo. Por ello, apostamos por el proceso de resposicionamiento. Queremos avanzar hacia un modelo de más calidad”, asegura Benito.
La presidenta de los hoteleros es contraria al decrecimiento y apuesta por el “crecimiento verde”. “Creemos en el crecimiento territorial cero y en el crecimiento en capacidad cero”, explica, al tiempo que considera que debe llegarse a un equilibrio entre economía y ecología. Blázquez asegura que el capitalismo verde por el que apuesta Benito resuelve el problema del capitalismo, pero no los problemas que generan las empresas que ganan dinero. Asegura que el problema que él quiere resolver es el social y ambiental. Benito, llegados a este punto, expone que es imprescindible contar con empresas que ganan dinero para resolver los problemas sociales y ambientales. “Le llaman capitalismo verde y sostenible y es un oxímoron. En cambio, el decrecimiento no tiene retórica ni perversión posible. Yo estoy a favor del decrecimiento donde más daño se hace. Por ejemplo, donde se consume más agua, más territorio, en los usos que generan un daño ambiental más grande...” señala Blázquez.
La necesidad de limitar el número de plazas turísticas es uno de los debates abiertos en la sociedad. “Hay que reducir el número de visitantes, el número de plazas, la capacidad de acogida del territorio. Para la rueda del capital, el crecimiento es el único escenario viable. Y no es realista ni factible”, apunta el profesor de la UIB, mientras que Benito se muestra partidaria del crecimiento cero e insiste en que el número de plazas está establecido desde los años 80.
Blázquez no lo tiene claro. “Si vienen 10 turistas que gastan 100 euros cada uno estás promoviendo los usos más derrochadores y suntuarios, además de demonizar a la clase obrera. A mí me genera una contradicción. Hay que decrecer por el turismo de lujo y consumista”, explica.
Benito insiste en la necesidad de que el Govern ponga límites al alquiler vacacional para apostar por la sostenimibilidad. “El turismo debe ser sostenible. El Govern debe decidir si quiere seguir creciendo en infraestructuras o si quiere restar, disminuir, minimizar o eliminar la comercialización de la vivienda vacacional. Esta es la gran decisión que decidirá si el turismo es sostenible o no. Hemos de decidir si queremos sustentar la economía turística sobre una economía reglada generadora de valor y de riqueza o si queremos sustentarla con incrementos de capacidad que nos llevan a incrementos de infraestructuras. El turismo sostenible, al final, es garantizar que los bienes presentes se puedan disfrutar también en el futuro”, apunta la presidenta de los hoteleros, que reitera que no quieren más consumo de territorio ni un incremento de la capacidad.
Blázquez defiende que “el turismo puede ser sostenible”. “No estoy en contra del turismo, claro que no”, afirma, pero asegura que es imprescindible minimizar la huella ecológica y reducirla. Para el profesor, el modelo dominante favorece las grandes cadenas y los granes capitales, los grandes grupos y corporaciones, mientras que Benito lo niega argumentando que en su asociación un 60% de miembros son pymes.
DESESTACIONALIZACIÓN. Desestacionalizar es, tradicionalmente, el gran reto de la economía balear. Blázquez se muestra contrario a la desestacionalización turística. “Se ha incrementado la estacionalidad. El número de turistas ha aumentado, sobre todo en verano. A mi entender, la prioridad tendría que ser reducir los picos. Sería bueno que viniera menos gente en temporada alta”, argumenta el profesor.
Benito tiene claro que el alquiler vacacional ha aumentado la capacidad y ha favorecido que llegara más gente.
Y Blázquez, pese a reconocer un problema social, no duda en posicionarse contra la desestacionalización. “La desestacionalización no es una buena noticia desde el punto de vista ambiental porque supone mantener la presión sobre los recursos”, argumenta, y explica que desde el punto de vista social la única solución por ahora es que “papá Estado” haga su función de redistribución de la riqueza.
La presidenta de los hoteleros asegura que los hoteleros se han endeudado para rejuvenecer sus establecimientos y apuesta por las políticas turísticas de segunda generación. “El empresario hotelero ha tenido que asumir una deuda a largo plazo para ser más competitivos y recuperar el liderazgo perdido. La redistribución de la riqueza se está haciendo a través de la inversión y por eso reclamamos medidas que la incentiven. Además, se está creando empleo. Esta temporada han sido seis mil contratos más solo en alojamiento. Desde la Federación reclamamos políticas turísticas de segunda generación, que lleven a la industria turística a ser más sostenible. Hemos de empezar a ligar el turismo con la agricultura, con el medio ambiente, con la salud, con la tecnología. La idea es crear un eje vertebrador que nos lleve a una transformación del modelo real con una redistribución o crecimiento armónico de la economía”, asegura Benito, que reconoce que se ha vivido situación de masificación durante el pasado verano.
“Una parte muy importante de las situaciones de masificación vienen provocadas por la mala gestión. En primer lugar, por el incumplimiento de la Ley del Turismo al tolerar la comercialización de deteminados alojamientos. Y hay errores de gestión tan básicos como ver cinco cruceros en el puerto de Palma y que el día siguiente no haya ninguno”, asevera la presidenta de los hoteleros. Respecto a este tipo de turismo, Benito defiende una mejor gestión de las llegadas mientras Blázquez, por su parte, apuesta por el decrecimiento. “Que vengan menos”, afirma.
El profesor de la UIB y expresidente del GOB asegura que debe reducirse la carga ambiental y mejorar la justicia social, al tiempo que apuesta por incrementar la carga impositiva. “La administración debe centrar sus esfuerzos en reducir la carga ambiental y mejorar la justicia social. Debería redistribuir los ingresos por la vía de los impuestos. Como con la ecotasa. La carga impositiva debería aumentarse a los que más ingresan y más derrochan”, argumenta Blázquez.
La presidenta de los hoteleros, en cambio, es absolutamente contraria a un aumento de cualquier carga impositiva. “No estamos de acuerdo en una mayor carga impositiva, y no estamos de acuerdo ni en el concepto ni en la forma del impuesto turístico”, asegura.
Blázquez continúa mostrándose partidario de la limitación. “Deberían limitar el número de turistas, de plazas y de capacidad de las infraestructuras".
TODO INCLUIDO. La anunciada regulación del todo incluido provoca un nuevo desacuerdo. “Ya está regulado, súper regulado, desde el punto de vista turístico, de la seguridad... Es un segmento que no crece, en el que la comercialización se mantiene estable y los turistas salen del hotel”, afirma. Blázquez discrepa. “Tiene más inconvenientes que ventajas porque no posibilita que pequeños empresarios se vean favorecidos y, además, genera muchos residuos”, responde. Y la presidenta de los hoteleros responde rápidamente: “También genera más empleo, cuatro veces más que un hotel normal”, manifiesta.
Y en la cuestión de la proliferación de vehículos de alquiler, hay acuerdo en que hay que limitarlos. “Ha sido uno de los grandes problemas este verano. El incremento de vehículos no ha sido una percepción, ha sido real, y se tendría que poner encima de la mesa la limitación”, manifiesta Benito, mientras que Blázquez describe la situación como “masificación desaforada”, apostando sin tapujos por la regulación y el decrecimiento. Considera del todo inaceptable la actual proliferación de vehículos de alquiler.
DEFENSA DEL URBANISMO. “Resulta difícil conseguir la diversificación económica si no es con una ordenación del territorio muy estricta. Por esto estoy a favor de la zonificación, de que haya usos residenciales, turísticos y agrarios. Si permitimos que fora vila se convierta en urbanización extensiva para alquiler turístico de unifamiliares, no anam”, insistió Blázquez. “Coincidimos plenamente en el respeto al urbanismo, que siempre se ha aceptado como eje vertebrador de nuestra economía. Y ahora, por modas, se dice que se puede pervertir. Estamos a favor de la economia social y no de la economía especulativa”, concluyó.