Su imponente edificio a la entrada de Ferreries, como si fuera un templo consagrado al mundo del mueble, es uno de los símbolos distintivos del paisaje urbano del municipio. La familia Allés lleva casi cien años al frente de esta empresa dedicada a la producción y comercialización de mobiliario para el hogar y la hostelería, cuya tercera generación lidera con una estrategia basada en la profesionalidad y la especialización. Con una facturación en 2015 superior a los dos millones de euros, Mobles Allés tiene hoy puesta la mirada en el asesoramiento y la decoración como clave para seguir siendo un referente.
ORÍGENES. El fundador de esta empresa familiar fue Miguel Allés Pons, nacido en Ferreries en el año 1900, cuya trayectoria profesional estuvo marcada en sus inicios por el maestro Salom, un ebanista que le transmitió la pasión por el mueble. El primer taller de carpintería lo abrió en casa, en el Carrer de Dalt en 1920, una época en la que las habilidades que uno tenía con las manos permitían hacer un poco de todo para sobrevivir.
El buen hacer y la acogida que tenían los muebles que fabricaba fueron propiciando poco a poco la incorporación de algún ayudante y sucesivos traslados a locales más grandes. El primer taller con maquinaria más especializada lo abrirá en 1946 en el Carrer Fred. Allí le empiezan a acompañar también sus hijos, Bartolomé, José María y Fernando Allés Pons, cuyas ideas de juventud les empujarán a concebir un modelo empresarial más allá de la fabricación con la visión puesta en la comercialización no solo para el municipio de Ferreries sino también para toda Menorca.
Será en aquel momento cuando se dará forma a la razón social Hijos de Miguel Allés que culminará en 1967 con la inauguración de una tienda exposición en la calle Monte Toro. “La marca Mobles Allés se empezó a dar forma en aquel momento ya que el producto que se fabricaba y se comercializaba tenía muy buena acogida”, explica Joan Allés, actual gerente y tercera generación junto con sus primos Rosa, Miguel, Miguel Ángel y José. “Se hacía un mueble menorquín pero de influencia inglesa que gustaba mucho”, añade. Con la primera ampliación de la fábrica como tienda se obtuvieron 800 m2 de exposición y posteriormente, en 1975, vino la segunda ampliación, hasta llegar a los 1.600 m2.
EXPANSIÓN. En 1986 constituirán la mercantil Muebles Allés con los tres hijos del fundador al frente y con la mirada puesta en poder crecer para consolidar la tienda más grande de Menorca y abrirse no solo al cliente particular sino también a la hostelería. Del mismo modo que pasó en su momento, también se irá incorporando la tercera generación que, progresivamente, asumirá distintas responsabilidades de producción, acabados y comercial. Fábrica y tienda funcionaban como un todo pudiendo ofrecer soluciones a la carta.
Entre los años 1988 y 1992 participaron también en las ferias comerciales de Construme que se celebraban en el recinto ferial de Maó, demostrando una vez más su voluntad de ser considerada una empresa con vocación insular.
La inversión más importante se producirá precisamente en 1992 con el traslado de la tienda a la carretera general, a la entrada de Ferreries, en un imponente edificio de cuatro mil metros cuadrados y cinco plantas de exposición. “Fue un paso decisivo que nos ayudó a posicionarnos como uno de los establecimientos más grandes de la isla dedicados al mueble, un sitio de referencia en el que podríamos comercializar no solo aquellos artículos de fabricación propia sino también cualquier otro”, detalla el gerente.
Curiosamente uno de los secretos que ha facilitado la continuidad de la empresa ha sido siempre el hecho de que tanto la segunda como la tercera generación han tenido claro que cada socio debía tener una especialización y una responsabilidad delimitada que no se pudiera solapar ni generase conflicto alguno. “Cada viernes por la tarde tenemos la costumbre de reunirnos los cinco socios para comentar y seguir de cerca la marcha del negocio”, comenta el gerente.
DECORACIÓN. Uno de los valores diferenciales de Mobles Allès ha sido el hecho de ser pioneros en ofrecer simulaciones virtuales en tres dimensiones de cualquier diseño, un concepto basado en el acompañamiento al cliente con el objetivo de fidelizarlo.
“Desde nuestro conocimiento como fabricantes hemos querido siempre ofrecer ideas que se pudieran hacer realidad, saliendo del catálogo y situándonos en el asesoramiento. Yo siempre he dicho que nosotros no solo vendemos muebles, nosotros ofrecemos ideas, y por eso hemos dado tanta importancia a que cualquier persona pudiera tener una simulación de cómo quedaría su hogar o su negocio”, explica Joan Allés. “Siempre estamos reestructurando nuestra tienda para que este paseo que ofrecemos por diversos ambientes sea una experiencia que pueda contemplar la forma de vivir más actual de las personas. Ahora se impone el minimalismo en los hogares, con toques diferenciadores como los muebles que fabricamos con palets, pero también hay espacio para el mueble rústico o la cocina de diseño”, explica.
El hecho de formar parte de una central de compras de referencia en nuestro país como Europa Muebles les ha facilitado poder ser competitivos en precio y calidad, acercándose fácilmente a cualquier tipo de necesidad. En el año 2007 recibieron el reconocimiento de PIME Menorca a su Labor Empresarial.
Pero también en el terreno de la hostelería han conseguido ser un proveedor para establecimientos comerciales y hoteles. El año pasado recibieron el encargo de equipar las más de trescientas habitaciones y los restaurantes del hotel Meliá Cala Galdana, una operación hecha muy a contrarreloj ya que, tal y como explica Joan Allés, prácticamente tuvieron solo tres meses para hacerla realidad. “Estamos también orgullosos de poder ser empresa de referencia para este tipo de negocios, en el que demostramos nuestra capacidad de trabajo en este ámbito”, concluye.