La inestabilidad económica de países emergentes como China o Brasil también ha activado la alarma en la economía local. Si bien es cierto que los datos macroeconómicos en España van al alza, los economistas baleares tienen la mirada fijada en la microeconomía y la evolución de los mercados internacionales para calibrar una salida real a la crisis económica y no volver a repetir “los errores del pasado”.
El economista ibicenco José Antonio Avellaneda asegura que la actual situación internacional podría indicar que “algo gordo” va a pasar. “El hecho de que el gigante chino haya entrado en crisis, o al menos no siga creciendo como lo venía haciendo, no es una buena señal”, explica.
Pero China no es el único país que podría hacer tambalear la economía global: Brasil ha entrado en recesión y Rusia también se encuentra ante una crisis económica cada vez más profunda. Por su parte, Estados Unidos “se encuentra en una encrucijada”. Así al menos lo asegura el economista Antoni Alcover, quien destaca que EEUU está cercano al pleno empleo y con tipos de interés rozando el 0%, por lo que “debe decidir si quiere recuperar el instrumental monetario clásico y evitar posibles brotes inflacionistas incrementando los tipos de interés, o mantenerse en una situación expectante”, argumenta.
También el catedrático de Economía Aplicada de la UIB Antoni Riera fija su mirada en la situación internacional: “No hay que obviar que la recuperación se asienta sobre el viento de cola de los bajos tipos de interés del BCE, la devaluación del euro, la caída de los precios del petróleo, e internamente sobre el descenso del coste del trabajo”. Riera asegura que todos estos factores tienen “fecha de caducidad”, por lo que solo se podrá hablar de recuperación sólida cuando el motor sea la inversión.
“En estos momentos la inversión está por debajo de la que era habitual antes de la crisis; impulsarla y orientarla hacia componentes de capital productivo debería ser la prioridad política si se aspira a una recuperación económica duradera”, añade el catedrático.
La profesora de Economía de la UIB María Antonia García hace referencia a la economía global. García asegura que se pueden apreciar importantes síntomas de recuperación en la economía española o balear pero “no es menos verdad que hay peligro de recaída”. “No solo por la falta de reformas en España, sino también por la inestabilidad de los entornos internacionales”, y el comportamiento de países emergentes como China o Brasil son “muy preocupantes en el contexto económico”, sentencia.
BALANCE. La mayoría de los expertos consultados por El Económico mantienen que Balears está camino de la recuperación pero eso no significa que se haya consolidado. Así lo asegura el presidente del Cercle Mallorquí de Negocis, Bartomeu Rosselló, que está convencido de que nos encontramos ante “un cruce histórico”, por lo que “tenemos el deber y la responsabilidad de decidir entre los modelos planteados”. Rosselló se refiere a “mantener la economía especulativa y extractiva que sistemáticamente drena nuestras arcas, fomentando las desigualdades territoriales y sociales” u optar por un sistema basado en una economía productiva “al servicio de la gente y del país, donde empresariado y trabajador van de la mano”, explica.
Para el economista Carles Manera, la recesión económica “se ha cerrado en falso”, por lo que aunque los datos macroeconómicos de España crezcan a tasas del 3%, “a nivel microeconómico no sucede lo mismo”. “Estos datos no se corresponden con la realidad, y lo encontramos por ejemplo en la precariedad laboral existente, el número de horas trabajadas o las desigualdades sociales”, explica. Para Manera, los asalariados y los pensionistas serán los más perjudicados de esta situación.
Rosselló añade que no se puede asegurar que “hayamos salido de la crisis”. “Los datos que se publicitan son de crecimiento porcentual que, viniendo de tan abajo, no tienen valor. Son planteamientos utilizados en un uso tendencioso con triunfalismos como por ejemplo el de pasar de una tasa de paro de un 24% a un 18%, con simplificación de análisis” ya que según el presidente del CMN “sigue siendo una mala situación”.
En opinión del economista y profesor de la UIB Pep Ignasi Aguiló, en estos años de crisis deberíamos haber aprendido la “importancia de la racionalización y control del gasto público y la realización de reformas que permitan que los recursos puedan pasar desde sectores y empresas más obsoletas a los que tienen mejores perspectivas de futuro”. Para Aguiló, cuanto más liberalizada esté la economía, “más fuerte, sostenible y solidaria resulta”, añade.
También Andreu Rotger, del Cercle d'Economia, asegura que en estos años de crisis “no hemos aprendido a gestionar la Comunitat de manera eficiente con objeto de hacer más cosas con menos gastos”. Para Rotger, “nunca hemos dedicado tiempo y esfuerzo continuado a consensuar indicadores relevantes que permitan compararnos con nosotros mismos y con otras comunidades con objeto de adoptar mejores y más eficientes prácticas”.
TAREAS PENDIENTES. Tras la crisis, como comenta Rotger, son muchos los flecos que quedan pendientes a estudiar para no cometer los mismos errores. Así también lo apunta Antoni Alcover al asegurar que “parece que algunas lecciones cuestan más aprenderlas”. Se refiere al mercado de trabajo dual, “donde los trabajadores con contrato indefinido obtienen unos beneficios y prestaciones que ensombrecen a las obtenidas por los trabajadores con empleos temporales”. El economista recalca que no puede seguir existiendo “una diferencia tan grande” y que el endeudamiento público “es un mal”. “No podemos esconder la cabeza como los avestruces, hay que encarar los ajustes y vivir según nuestras posibilidades si no queremos estar pagando toda la vida”.
EXCESOS. Antoni Riera también coincide en que “los excesos se pagan tarde o temprano”. El economista de la UIB explica que “las rentabilidades extraordinarias tienden a desaparecer con mayor rapidez e intensidad de las que se generan” y que “refugiarse en la producción de bienes y servicios que tienen demanda a nivel interno pero no exterior puede estimular el crecimiento a corto plazo pero en ningún caso garantizan un crecimiento duradero y sostenible”. María Antonia García lo ejemplifica: “Un país no puede depender de un único motor de crecimiento” y un trabajo “ya no es para toda la vida”.
Para el profesor de Economía de la UIB Amedeo Spadaro, siempre existe el riesgo de volver a entrar en recesión económica. “Para ello las autoridades públicas tendrían que vigilar que los mecanismos de seguro frente a este riesgo estén funcionando perfectamente”, explica mientras añade que “probablemente” esto ha fallado de “forma olímpica” estos años.
Por su parte, José Antonio Avellaneda apunta que hay una cosa que en Balears hemos aprendido durante la crisis: “El sector turístico es un sector anticrisis”. “Cuando todo falla, ahí está el sector turístico para aportar décimas de crecimiento al PIB”. Y recuerda que “no debemos olvidar que el turismo ha sido un sector que ha estimulado la economía de las Islas, y a la de todo el país, y ha evitado aportar trabajadores a la lista de desempleados”. Un tema en el que coincide con el economista Esteve Bardolet, quien recalca que estos años se ha comprobado cómo el turismo “es nuestro mejor motor económico” y que “hemos aprendido a volar sin el segundo motor que era la construcción, potente pero defectuosa por sus niveles de especulación y de carestía”.