Menorca ha decidido apostar decididamente esta temporada por el mercado francés. Las aerolíneas conectarán la isla con seis ciudades de Francia y se estarán ofreciendo 88.000 asientos desde mayo a octubre. Solo para que entendamos la magnitud del idilio amoroso que tiene actualmente Menorca con Francia, el año pasado se registró la llegada de 35.223 turistas galos, un 150% más que los 14.072 del año anterior, según los datos publicados por el Instituto Balear de Estadística. Si tenemos en cuenta que hace tan solo cinco años, apenas nos llegaban 5.749 franceses a Menorca, el incremento es de un 515%. Trabajo de promoción turística hecho a conciencia desde las instituciones, que ahora recogen sus frutos pero que necesitará que sepamos volcarnos en ser honestos con nuestros visitantes.
Sin embargo, esta satisfacción y euforia por la hazaña gala queda contenida cuando uno consulta las estadísticas y comprueba que Eivissa y Formentera recibieron el año pasado 118.976 turistas franceses. Por esta razón, siempre va bien conocer la realidad de llegada de turistas a Balears para darse cuenta de la magnitud de las cifras porque solo así podemos saber lo bien o mal que hacemos las cosas. Preguntarse por qué en enero renunciamos a generar demanda y solo recibimos a 700 turistas extranjeros en Menorca cuando Eivissa y Formentera, por ejemplo, acogieron a 5.619. Preguntarnos si el tiempo de lamentos por una temporada excesivamente corta es a veces proporcional con el esfuerzo que, de verdad, hacemos. Mi conclusión es que progresamos adecuadamente pero necesitamos mejorar. Para muestra, vale la pena saber que Mallorca recibió el año pasado 9,6 millones de turistas, Eivissa y Formentera 2,7 millones y Menorca, 1,1 millones. ¿Cuántos llegarán este gran año del que todo el mundo habla?
Cultura, gastronomía y naturaleza en perfecto estado de conservación son los tres valores supremos que hoy en día definen la oferta turística de Menorca para competir en el mercado, y que seguramente se condimentan con eventos tan atractivos como la cita náutica de estos días en el puerto de Maó con la Menorca Maxi, las carreras del Camí de Cavalls o la propia Fiesta de Sant Joan, entre otras. Este mix de acciones basadas en la propia identidad de la isla son las que están siendo motores de atracción para franceses pero también, por ejemplo, para nórdicos, que sin tanto ruido de fanfarria también están creciendo, si tenemos en cuenta que en 2010 tan solo representaban 4.067 turistas y el año pasado fueron 25.667.