Gabriel Escarrer Jaume, vicepresidente y consejero delegado de Meliá Hotels International, mantiene su apuesta por Balears, reitera su compromiso con Magaluf, alaba la normativa turística aprobada por el Govern de José Ramón Bauzá y rechaza una nueva ecotasa de plano.
Para entender el peso de su empresa en el sector, ¿nos puede dar cifras de número de establecimientos, en cuántos países, personas empleadas...?
Nuestra compañía opera actualmente 370 hoteles con casi 100.000 habitaciones. Somos la primera hotelera española y la tercera de Europa. En 2015 ya tenemos presencia en más de 40 países y nuestra plantilla supera las 42.000 personas, de más de 130 nacionalidades.
¿Cuál es la cantidad destinada en 2014 a la reforma de la planta existente y qué presupuesto destinaron a nuevos proyectos? ¿Apuestan por Balears?
En Meliá Hotels International entendemos que la mejora y evolución de nuestros hoteles debe ser un proceso constante para garantizar la calidad y el cumplimiento de la ‘promesa' de marca. Además, en los últimos años hemos emprendido proyectos más macro que persiguen la transformación de un destino maduro como Magaluf, además de la transformación de los hoteles vacacionales de nuestra marca Sol. Ambos proyectos han sido desarrollados en Balears, principalmente en Magaluf (con nuestro proyecto Calvià Beach con el que estamos cambiando, poco a poco, el modelo turístico low cost que se había generalizado). También hemos transformado hoteles antiguos y maduros en Menorca y Eivissa. Solo en 2014 invertimos más de 20 millones de euros que, si contamos la inversión realizada desde el arranque del proyecto en el año 2012, supera ya los 100 millones de euros.
¿Hasta qué punto ha sido clave la adaptación de la normativa turística? ¿Qué valoración hace de la Ley del Turismo y los Decretos de Zonas Maduras y de Medidas Urgentes para la Desestacionalización?
Pues mire, si hay un factor clave para atraer inversiones que permitan crear empleo es, sin duda, la seguridad jurídica y la confianza. El Govern ha dado seguridad a los inversores y confianza; en segundo lugar, los incentivos, porque como siempre ha dicho mi padre, Gabriel Escarrer, en los destinos hay que hacer el pastel apetitoso para que las inversiones no vayan a otros lugares. Estas leyes cumplen ambos objetivos. Por una parte, las reglas del juego están claras, y por otra, se ofrecen contrapartidas como la ampliación de plazas o de una altura a aquellos propietarios que inviertan para adecuar los productos y elevar la categoría de sus establecimientos.
Una normativa que ha generado el consenso del sector turístico, ¿en qué medida ha influido la colaboración público-privada?
Ha sido absolutamente fundamental. El hecho de encontrar una administración autonómica y un Ajuntament de Calvià receptivos nos permitió abrir una fórmula de colaboración público-privada plasmada en la declaración del proyecto de interés autonómico de 2012.
Y es que el sector hotelero balear está inmerso en un proceso de modernización de sus establecimientos sin precedentes, ¿qué supone esto para el reposicionamiento del destino?
Supone su supervivencia, el mantenimiento de su liderazgo. Balears cuenta con unas características geográficas, medioambientales y culturales extraordinarias, pero la falta de visión de largo plazo y la crisis económica pusieron en peligro nuestro modelo, que podría haberse convertido en un modelo low cost, un destino de sol y playa de escaso valor añadido, con turistas de paquetes económicos y un gasto en disminución. Aprovechemos la ocasión que se nos brinda para que Balears vuelva a posicionarse como un destino que apuesta por la calidad y no por el volumen. Esto garantiza la rentabilidad a medio plazo y la sostenibilidad social y económica de nuestro modelo.
Meliá Hotels International está especialmente comprometido con la regeneración de las zonas turísticas de Calvià, Magaluf y Palmanova.Nuestro grupo posee 11 hoteles en la zona, con más de 3.500 habitaciones, y puede decirse que fue el origen del crecimiento de nuestra compañía, en los años 60-70. Por ello, abordar el proyecto Calvià Beach ha sido efectivamente, más que un tema de negocio, un compromiso de familia y de empresa con la comunidad. Hoy, tras cuatro temporadas adquiriendo y renovando hoteles, podemos decir que vislumbramos un futuro distinto para Magaluf, como una segunda juventud para el destino.
¿Están percibiendo un cambio en el tipo de clientes?
Claramente, tenemos un cliente con mejor segmentación. Es decir, con predominio de segmentos de demanda interesantes y rentables como las familias o los adultos y jóvenes de cierto poder adquisitivo, en lugar del público de tipo ‘hooligan' que venía creciendo de forma alarmante. Además, piense que la tarifa media ha aumentado en mas de un 20%, mucho más si hablamos de los hoteles de categoría superior y lujo. Hemos reconvertido algunos hoteles que funcionaban como todo incluido low cost en hoteles de 4 estrellas o de lujo, que atraen una mejor clientela que gasta más en el conjunto de la zona. Es importante destacar que ya no tenemos ningún hotel de menos de 4 estrellas en esta localidad. Además, si antes la clientela era prácticamente toda de nacionalidad británica, hoy recibimos a un creciente número de escandinavos, franceses, rusos, españoles, e incluso alemanes. Se minimiza así el riesgo ante las eventuales crisis en un país.
¿Se está recuperando el turismo nacional?
Afortunadamente, sí. Hoy los españoles vuelven a reservar vacaciones en pareja o en familia, ya el año pasado representaron el 8% del total de clientes, y este año esperemos que superen ligeramente el 10%.
El nuevo cliente es de mayor poder adquisitivo y acude a hoteles de mayor categoría, ¿tendrá esto un efecto sobre la generación de empleo y sobre la rentabilidad empresarial?
Desde los comienzos del proyecto, en el conjunto de Calvià Beach se han creado más de 800 nuevos puestos de trabajo, además de mantener los existentes, algo que no pensamos que hubiera sido posible de haber continuado en la dinámica anterior. Se han mantenido los hoteles abiertos, se han elevado de categoría –con lo que se emplea a un mayor número de personas- y además se han complementado con locales de marcas de prestigio en comida y bebida, moda... Lamentablemente, antes Magaluf era una de las zonas menos rentables del grupo y cada año era más difícil mantener las marcas y la calidad. La tendencia ha cambiado, y hoy mejoramos temporada tras temporada, y prevemos que las inversiones serán satisfactoriamente amortizadas gracias a la mayor rentabilidad y sostenibilidad a largo plazo que el nuevo modelo nos ofrece.
Los datos apuntan que este invierno ha sido el más corto en cuanto a temporada baja se refiere. ¿Se está ganando la batalla a la estacionalidad? ¿Y a qué lo atribuye?
La estacionalidad es un cáncer y nuestro peor enemigo: cada mes de más que consigamos mantener los hoteles abiertos será un éxito para la economía de toda la comunidad. Nuestro objetivo debe ser pasar de 6 meses de temporada alta a 9.
El turismo está siendo el motor de la recuperación económica. ¿Se está produciendo por ello una salida de la crisis más acelerada en Balears que el resto de comunidades españolas?
En cuanto a recuperación se refiere, Balears le ha ganado uno o dos años al conjunto de España, pero debemos alejar la autocomplacencia, conscientes de que un modelo centrado en el turismo adolece de otra serie de desequilibrios, como el paro estacional, que debemos corregir, o las carencias educativas, especialmente en idiomas extranjeros. Además, somos vulnerables y debemos mejorar día tras día nuestra competitividad, sin pensar que siempre nos va a ir bien, a pesar de que penalicemos al sector con figuras como la ecotasa.
Desde su punto de vista, ¿cuáles son las claves del éxito del modelo económico-turístico?
Aunque debemos admitir que los vientos turísticos nos han soplado a favor –con una demanda internacional y nacional en crecimiento, y unos destinos competidores afectados por la inestabilidad- es justo decir también que, una vez más, el empresariado y las instituciones de Balears han dado la talla y han hecho los deberes. Era obligado reducir el sector público y hacerlo más eficiente, y facilitar al mismo tiempo la labor inversora y emprendedora del sector privado, que es el único que realmente crea empleo y riqueza, que luego se redistribuye. Como digo, sin embargo, hay que ser autocrítico y esforzarse más por corregir los desequilibrios, para cuando los vientos no soplen tan favorables.
¿Cuáles son los retos del sector turístico en Balears?
Sin duda, la sostenibilidad (social, medioambiental y económica), aumentar la rentabilidad y reducir la estacionalidad. Y, por supuesto, abordar procesos de reconversión al estilo de Calvià Beach en Magaluf, en otros destinos ‘cansados'.
Meliá Hotels International ha incorporado la Responsabilidad Social Corporativa a sus procesos, ¿hasta qué punto se considera estratégico?
El compromiso responsable con la sociedad y el entorno es un valor esencial de la familia fundadora y se ha transmitido a toda la empresa, de manera que hoy forma parte de la estrategia corporativa, y todos los directivos responden, por ejemplo, de objetivos relacionados con la responsabilidad social. Velar por la reputación de la empresa es clave para crecer de manera global.
Este tipo de proyectos no se corresponden con la imagen que algunos tienen del sector hotelero, ¿cree que ha mejorado su imagen en la sociedad?
Creo que es uno de los sectores más amables y atractivos de la cadena turística, porque somos altamente empleadores, somos la imagen de una comunidad hacia nuestros visitantes, y a los ojos de los turistas personificamos la hospitalidad de nuestras gentes. Por ello, no creo que tengamos mala imagen, más bien creo que históricamente se nos ha querido vincular, de manera interesada y por algunos sectores que podríamos llamar ideológicos, con una especie de casta destructora del territorio. Es un prejuicio o una caricatura que la sociedad balear ya ha superado. Hoy, los hoteleros sabemos que debemos ser responsables social y medioambientalmente, o sencillamente no seremos.
Es tiempo de elecciones municipales y autonómicas. ¿Qué le pediría al próximo presidente del Govern?
Que tenga visión de país, de estado, de comunidad, y que piense en la totalidad de los ciudadanos y no en un grupo de votantes (creo que este es el mayor riesgo de una hipotética coalición de partidos). Además, les recordaría un par de frases que mi padre, nuestro presidente, siempre ha dicho, y que son básicas y absolutamente aplicables cuando se trata del erario público: “Amb ses coses de menjar no s'hi juga”, y “no es pot gastar més del que es té”.
¿Qué opina de la propuesta de algunos partidos de re-editar la ecotasa?
El efecto sería totalmente contraproducente. La ecotasa supondría una pérdida de competitividad, una pérdida de turistas, y con ello, el rechazo de la gran mayoría de los sectores económicos. Al perder turistas, todos perdemos. Los turistas que recibimos en nuestros hoteles, se lo digo por experiencia, no entienden que les hagamos directamente responsables del mantenimiento de nuestro medioambiente, sino que vienen a disfrutarlo, pagando un precio justo por ello. Además son medidas muy cuestionadas por los grandes operadores que pueden negarse a asumirla, u optar por llevar sus turistas a otro destino más “amigable”. La ecotasa no es una propuesta novedosa, ya se implantó y fracasó estrepitosamente.