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Biolínea Int. te ofrece controlatupiscina.com

Sebastián Crespí, biólogo y farmacéutico, es el presidente de Biolínea.

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Sebastián Crespí, biólogo y farmacéutico, es el presidente de Biolínea Int., una empresa de consultoría, formación y laboratorio en el ámbito de la salud pública.

Biolínea se dedica principalmente a la prevención y al control de enfermedades ligadas al turismo y a la consultoría en temas de higiene y sanidad ambiental.

Biolínea dispone de un laboratorio propio en el que puede realizar todo tipo de análisis, siempre sujetos a controles de calidad internos y externos. De igual manera, siempre que es necesario, Biolínea cuenta con la colaboración de laboratorios de referencia externos.

Entre los servicios de la empresa destaca el análisis de agua potable, de agua de piscinas y jacuzzis, de aguas residuales, de alimentos, de higiene en superficies, de legionella en agua, de contaminación del aire ambiental, de contaminantes ambientales...

Biolínea, en todo caso, está especializada en la prevención de las enfermedades infecciosas ligadas al mundo del turismo. “Son aquellas que, de manera general, se pueden contraer en el interior de un hotel o de un crucero... Estamos hablando, por ejemplo, de una otitis causada por el mal estado del agua de una piscina, o una toxinfección alimentaria, de ciertas infecciones víricas, si bien la más grave de las enfermedades ligadas al turismo es la legionelosis”, explica Crespí, que asegura que “en los últimos años la tasa de incidencia ha disminuido de forma notable en los últimos años”.

En todo caso, y aunque la incidencia se ha reducido, el número de afectados sigue siendo significativo. “Balears recibe unos 13 millones de turistas al año, y aunque la tasa de incidencia sea muy baja, al final el número de personas afectada es considerable”, explica Crespí.

ENFERMEDADES. Las enfermedades más numerosas son de poca trascendencia, como las gastrointestinales de origen alimentario. Además, son más o menos normales las infecciones de origen hídrico, con la otitis como enfermedad más común.

Pero no todas las enfermedades asociadas al mundo del turismo son poco relevantes. De hecho, la legionela puede ser grave e incluso mortal.

“La legionela es una bacteria que vive en el medio acuático natural. Si vamos, por ejemplo, al torrent de Pareis y hacemos análisis de agua encontraremos legionela. En cambio, no vive en el mar. La legionela compite con millones de otras bacterias y se encuentra en el agua de forma natural en concentraciones muy bajas. Cuando penetra en un edificio, la legionela se encuentra que el cloro mata a sus competidores, pero ella tiene una mayor resistencia. De esta forma, al encontrarse sin competencia, todos los nutrientes son para ella y crece de forma rápida. Si, además, se introduce en el sistema de agua caliente, aún se reproduce con mayor rapidez...”, asegura Crespí, que continúa explicando que “cuando se diseminan en la atmósfera las gotículas de agua las podemos respirar e infectarnos, por ejemplo al ducharnos”.

Tradicionalmente, la legionela se vincula a los aparatos de aire acondicionado, aunque los focos de infección más importantes en los hoteles son las duchas y los jacuzzis.

En Balears, cada año se producen entre dos y tres casos por millón de turistas, aunque los brotes no acostumbran a ser de la virulencia del registrado, por ejemplo, el pasado año en Sabadell, donde fallecieron diez personas en un brote vinculado con unas torres de refrigeración industrial.

Sebastián Crespí es uno de los grandes expertos mundiales en legionela y recuerda que, aunque ha colaborado en el caso de Sabadell, y en otras investigaciones, su principal trabajo es de prevención, y los principales clientes son las compañías hoteleras, touroperadores, hospitales...

La especialización en la legionela es la marca distintiva de Biolínea, la que ha internacionalizado la empresa, que ha trabajado en diferentes países y para empresas de primer nivel como Royal Caribean o Hilton.

FORMACIÓN. Una de las áreas de actividad de Biolínea son los cursos de formación, siempre en el ámbito de la salud pública. Entre otros, la empresa ofrece cursos de prevención de legionela, técnicos de mantenimiento sanitario de piscinas, de manipuladores de alimentos, de salvamento y socorrismo...

La empresa apuesta por la calidad en todos sus departamentos. Los cursos de formación, en este sentido, los imparten los propios técnicos de la empresa, que no subcontratan en ningún caso. De esta manera, controlan en todo momento la calidad de la enseñanza que se imparte.

APLICACIÓN. La especialización en la legionela otorga visibilidad a Biolínea, aunque es el trabajo rutinario en prevención lo que mantiene la facturación de la empresa. En este sentido, dispone de controlatupiscina.com. Es un software asociado a una app, que sirve para gestionar todo lo que la ley requiere al propietario de una piscina, desde las mediciones diarias obligatorias de cloro, de pH... “Todo el mundo que tiene una piscina de uso público ha de cumplir una normativa estatal, que tiene aproximadamente un año de vida y es de las más rigurosas de Europa”, explica Crespí.

Esta normativa obliga al personal del hotel a hacer una serie de analíticas diarias. Se trata de análisis químicos relativamente sencillos como examinar el nivel de cloro o de pH del agua. El resultado ha de ser expuesto públicamente. Además, los establecimientos están obligados a realizar una analítica mensual, que debe realizar un laboratorio externo y que también debe quedar a la vista de los clientes. La normativa prevé también que se disponga de un plan de mantenimiento de la piscina. Finalmente, y con carácter anual, debe enviarse al ministerio un informe en formato electrónico. “La app permite a los titulares de una piscina cumplir con todas sus obligaciones de una forma rápida y sencilla”, asegura Crespí.

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