Como ya hemos comentado en más de una ocasión, el social media evoluciona a cada instante y, en consecuencia, las marcas se tienen que adaptar si no quieren perder el tren de publicitarse en estos canales.
Hace unos años, e incluso ahora para muchos, el contenido es lo único en lo que se trabajaba en el social media de las empresas. Sin embargo, si no acompañamos ese contenido de interacción, estrategia, ads y medición, quizá consigamos el efecto que conseguiríamos con el mejor escaparate del mundo escondido en el rincón más remoto. El contenido sí que es importante pero tenemos que tener cerca a nuestra comunidad para que interactúe con nosotros, así conseguiremos aumentar nuestro alcance orgánico (el que no es de pago).
La mayoría de redes sociales ya han incorporado la publicidad a sus plataformas, y al contrario de lo que muchos auguraron, está funcionando y está funcionando muy bien. Facebook, Twitter, Google, Youtube y Linkedin son algunas de las vías que tenemos para acercarnos a nuestro target.
Los ads nos permiten asegurarnos ese alcance tan deseado, con cantidades no excesivamente altas podemos segmentar por edad, sexo, localización, gustos, etc. y en este caso los números sí que nos interesan. Porque, ¿de qué nos vale tener 5.000 fans en Facebook si nuestro post llega a 500? Y si sabes segmentar bien, tus anuncios no molestarán a tu audiencia porque te enfocas a gente que le gusta lo que vendes.
Ya se ha terminado el mito: el social media no es gratis; ante todo es tiempo... escucha activa, creación, programación y distribución del contenido, monitorización, de gestión de ads y medición, etc.
Es por eso que las empresas deberíamos incorporar en nuestro presupuesto de social media un badget mensual en ads para las diferentes redes sociales. Se trata de una buena noticia, ya que ahora nos resulta mucho más fácil alcanzar objetivos cuando antes todo dependía de nuestra creatividad y mano en la red.