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La arquitectura sostenible pide paso

Los directores de los departamentos de Terravita, Francisco Varela, Jason Watson, Miguel A. Stirparo y Julian Watson.

| Eivissa |

La arquitectura sostenible es posible en un archipiélago como Balears, donde el sol supone una fuente inagotable de energía limpia y rentable. Con esa premisa abrió sus puertas en Eivissa hace cinco años la empresa Terravita Renovables. La compañía fundada por Francisco Varela y los hermanos Julian y Jason Watson se dedica al desarrollo integral de proyectos de paisajismo, construcciones bioclimáticas, energías renovables y climatización eficiente. Terravita ofrece, a través de sus diferentes áreas de servicios, tanto los proyectos como la ejecución de los mismos con su posterior explotación y mantenimiento si se presenta el caso.

“Nos dedicamos al tema de la sostenibilidad aplicada en casos prácticos, no solamente a nivel teórico sin respuestas tangibles a la problemática de la edificación”, sostiene Varela, director del área de energías y climatización renovables, quien considera que en Eivissa y Formentera “se construye mal a nivel de materiales, aislamiento y envolvente”. Terravita ofrece globalizar de forma integrada las energías renovables en la arquitectura balear. La localización y el clima de las Pitiüses son el escenario idóneo en el que edificar de manera sostenible y ahorrar dinero y emisiones gracias a fuentes limpias como la solar.

Lo que propone este equipo formado por 40 empleados entre ingenieros, técnicos, oficiales y administrativos es hacer “viviendas pasivas donde el consumo eléctrico en climatización y generación de calor sea el mínimo”. Según los estudios que manejan, una instalación sostenible permite ahorrar “entre un 60 y un 70 por ciento” del consumo de una vivienda, indica Varela: “Creemos que generar electricidad para alimentar los sistemas de climatización es algo que se debe fomentar e implantar especialmente aquí, donde compramos la luz tres veces más cara que en la Península”.

MODELO ENERGÉTICO. En Terravita Renovables creen en otro modelo energético y confían en que el Govern balear, a través de la Direcció General d'Indústria i Energia, “fomente la generación de electricidad a partir de placas solares fotovoltaicas”. Al margen de la crítica que realiza la compañía al poder de las eléctricas sobre los gobiernos en España y la falta frecuente de voluntad política por hacer sostenible el modelo energético, Terravita sigue empeñada en “fomentar la integración de las energías renovables dentro de una vivienda solar fotovoltaica”. “Nosotros asesoramos a los arquitectos e ingenieros que intervienen para que obtengan el certificado norteamericano LEED y el alemán Passiv Haus, que garantizan una buena gestión de la energía y el agua. También reciclamos el agua y la utilizamos en el jardín. En esto somos expertos”, sostiene Francisco Varela.

“Hay que centrarse en el sol y en los elementos autóctonos”, precisa el responsable de Terravita Renovables, donde existe un amplio crisol de nacionalidades que les permite comparar los modelos energéticos de distintos países occidentales respecto al que impera en España. “Nos aferramos a la normativa norteamericana LEED que garantiza una buena gestión del agua y la energía a niveles de ventilación y climatización inteligente”. Para Terravita es “frustrante” que en regiones de EEUU “donde no hay ni el viento ni el sol que hay en Eivissa se trabaje 10 o 15 veces más con energía solar fotovoltaica”. La compañía busca implantar normativas consolidadas en otros países “que sabemos que serían buenas para Eivissa, isla a la que amamos”, precisa Varela.

TRABAJOS. La empresa ibicenca presume de haber construido la “mayor instalación solar fotovoltaica aislada de Balears” en el restaurante Es Jardíns de Fruitera, en Santa Gertrudis. Expertos en implantar energías renovables, Terravita opera en las Pitiüses en construcciones bioclimáticas, paisajismo e instalaciones sostenibles.

Según los informes que manejan en la compañía, el precio medio de una instalación varía en función de la dificultad de esta. “Podríamos afirmar que para una instalación fotovoltaica de autoconsumo de 5 kW, el precio medio por watio pico instalado es de dos euros, es decir que la instalación rondaría los 10.000 euros, de los cuales el Govern Balear subvencionaría 2.500 euros. Una instalación de esta magnitud permitiría generar 7.500 kWh/año de electricidad renovable”.

Una construcción de este tipo para una vivienda unifamiliar pretende no solo contribuir a la disminución global de las emisiones de CO2, sino aprovechar el hecho de que el actual precio del kWh comprado a la red eléctrica pública ronda los 22 céntimos de euro, impuestos incluidos, y la tendencia es al alza.

En otra residencia, ubicada en Santa Eulària, Terravita llevó a cabo una instalación híbrida eólica y solar de 8,5 kW. El diseño del sistema establece como parámetro básico un aporte de suministro eléctrico a partir de energía solar y eólica, cuyo porcentaje dependieron del consumo y de las condiciones climáticas del lugar.

Acerca del volumen de facturación, durante 2014 el Grupo de Empresas Terravita facturó aproximadamente 4,5 millones de euros entre sus vertientes de construcciones bioclimáticas, energías renovables, paisajismo y mantenimiento.

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