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El 30% de los trabajadores de Balears está sobrecualificado

ultimahora.es

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Los trabajadores con estudios académicos superiores son los que mejor han sobrevivido a la crisis y los que más posibilidades tienen de encontrar un empleo en el futuro. No obstante, muchos se tienen que conformar con un puesto por debajo de su cualificación. De hecho, Balears es la segunda comunidad con más empleados con una titulación superior a la necesaria.

El 30% de los ocupados de Balears tiene un empleo por debajo de su nivel de estudios. Es la segunda comunidad con más sobrecualificación por detrás del País Vasco. Este dato contrasta con las mayores cifras de abandono escolar de España, que colocan la comunidad en el centro de mira.

“En toda España, el porcentaje de personas con estudios universitarios es más alto que la media europea, pero Balears tiene uno de los porcentajes de trabajadores sobrecualificados más altos de Europa”, explica el profesor de Economía Aplicada de la UIB, Llorenç Pou.

La buena noticia es que, aunque no sea de lo suyo, los universitarios encuentran trabajo con mayor facilidad. Los trabajadores que han sobrevivido mejor a la crisis son los que poseen un título universitario. La tasa de paro del primer trimestre de este año fue del 26,7% en Balears, pero el impacto del desempleo ha sido mucho menor para las personas con formación. Solo un 17,6% no tiene trabajo.

En cambio, cuantos menos estudios, peor. El paro ha afectado al 25,4% de los trabajadores con la Educación Secundaria Obligatoria y al 31,9% de los que no la han terminado. El desempleo sube hasta el 34% para los que solo tienen educación primaria y hasta el 46% para los que ni siquiera han completado esta formación.

Los expertos coinciden en señalar que más estudios equivalen a más posibilidades de encontrar empleo y que continuará siendo así en el futuro. “La razón es sencilla: más estudios significa que abarcas más posibilidades de encontrar un trabajo porque se tienen capacidades superiores”, comenta Pou.

La directora del Departament d’Orientació i Inserció Professional (DOIP) de la UIB, Maria del Mar Socias, está de acuerdo en que los estudios universitarios dan más garantías de encontrar trabajo. “Los universitarios tardan menos tiempo, aunque no todos encuentran el empleo deseado”. Las ganancias de tener estudios superiores son todavía mayores a largo plazo. “Los trabajos en los que se requiere fuerza física son perfectos cuando eres joven pero cuando se pierde la juventud, el mercado te expulsa”, matiza.

DIFICULTAD. El principal obstáculo reside, como apunta Socias, en trabajar en un puesto de acuerdo con su cualificación. El encuentro entre oferta y demanda de empleo depende del trabajo que necesitan las empresas y de las habilidades y aptitudes que ofrecen quienes quieren trabajar.

El turismo es el eje sobre el que gira la economía balear y el impacto sobre el mercado de trabajo es incontestable. De hecho, un 40,9% de todos los ocupados en 2013 trabajaron en hostelería, comercio y transporte. Es decir, cuatro de cada diez empleados trabajan en el sector turístico. En consecuencia, muchos trabajos son temporales. El año pasado, nueve de cada diez contratos fueron eventuales y la mitad de ellos de menos de un mes.

Por otra parte, el número de estudiantes que acceden a la universidad es significativo, aunque durante los años de crisis ha disminuido levemente. Un total de 11.991 estudiantes se matricularon en estudios oficiales de grado de la UIB este curso, tanto en centros propios como adscritos, y 3.551 alumnos fueron de nuevo ingreso.

El Instituto Balear de Estadística (Ibestat) recoge el número de alumnos que terminó sus estudios durante el curso 2010-2011. Un total de 6.699 acabaron la Educación Secundaria Obligatoria; 3.819, el Bachillerato; 1.789, la Formación Profesional de Grado Medio, y 1.283, un Grado Superior.

EDUCACIÓN TÉCNICA. España ha idolatrado a los universitarios durante las últimas décadas, y Balears no ha sido una excepción. En consecuencia, la formación profesional está devaluada y solo desde hace unos años se ha visto la necesidad de potenciarla.

“El gran reto y la gran amenaza es el nivel educativo medio que corresponde a trabajos más técnicos. Aquí tenemos grandes carencias en este tipo de preparaciones. Por este motivo, muchos empleos de nivel medio están ocupados por personas con estudios superiores, lo que es un error. Además, los puestos que ofrecen las empresas en estos momentos no requieren estudios universitarios”, analiza Pou.

No obstante, también la universidad necesita cambios para adaptarse a los requerimientos de los nuevos tiempos. En este sentido, el economista Antoni Riera cree que los métodos de enseñanza de las facultades, como la repetición de contenidos, se han quedado anticuados debido a la existencia de dos problemas simultáneos.

El primero tiene que ver con la demanda por parte de las empresas que, a su ver, provoca la sobrecualificación. “Tengo la generación mejor formada de la historia de España, pero no encuentra trabajo porque hay un desajuste en el modelo productivo. Es decir, has preparado a una economía para incorporar capital humano (H) pero solo quieres mano de obra poco cualificada (L)”, explica.

Y el segundo problema tiene que ver con las aptitudes que se premian en la universidad, que considera equivocadas. “A la vez, esta generación se ha formado de acuerdo a unos requerimientos del modelo productivo antiguo, de acumulación, y no basado en el aprovechamiento. Le faltan las habilidades necesarias para crear y liderar, se les ha enseñado para reproducir. Esto se hace así. En cambio, el capital humano tiene que aportar valor añadido y tiene que crear”, argumenta.

Para Riera, la solución de estos dos problemas pasa por cambiar mano de obra sin cualificar por trabajadores cualificados que aporten sus habilidades únicas a las empresas para que estas destaquen.

Llorenç Pou admite también que las universidades necesitan corregir su oferta. “Si no hay una especialización de los universitarios, significará que el nivel de estudios es excesivo”, vaticina.

Una vía de mejora para modernizar la universidad pasa por ayudarse de las nuevas tecnologías. En el mundo universitario se están empezando a utilizar las plataformas abiertas, que son dispositivos que permiten acceder e intercambiar documentos educativos a través de internet.

“Yo repito cada año el mismo temario de economía ambiental. Me pagan por reproducir. No estoy creando valor añadido. Si un estudiante quiere hacer un curso de economía ambiental y Stanford tiene el mejor profesor, ¿qué estoy haciendo yo?”, valora Riera.

CAPITAL HUMANO. Cuando el economista Gary Becker empezó a hablar del capital humano revolucionó el concepto que se tenía de la mano de obra. Se refería a las habilidades y a los conocimientos de los empleados que les hacen ser más productivos. Su teoría se ha confirmado a lo largo de la historia, pues saber más da mejores salarios y ha ayudado a los trabajadores a capear mejor el desempleo.

Junto con el concepto de capital humano, las competencias transversales son indispensables. Se trata de habilidades de los trabajadores que no son específicas de una profesión y que son claves en el puesto de trabajo.

Los idiomas son la competencia transversal más requerida a la hora de encontrar un empleo. El 40% de los puestos que solicitan las empresas exigen conocer como mínimo inglés. Los requisitos de otras lenguas aumentan con el grado de responsabilidad y en trabajos de cara al público. Muchas ofertas de trabajo exigen alemán o francés además de inglés y aumentan las que buscan empleados que hablen ruso o chino.

“Se trata de cubrir unos mínimos, como tener un nivel básico de informática. Pero como hay tantas personas desempleadas y las empresas reciben muchos currículos, los idiomas han pasado de ser un mérito a un elemento de exclusión, una barrera. Si no sabes el idioma, quedas fuera de la selección”, explica Pou.

Otras competencias transversales imprescindibles en estos tiempos son la creatividad, la capacidad de trabajar en grupo o saber trabajar bajo presión. “Hay que ser una persona responsable, con iniciativa, que se adaptará a los cambios y al equipo de trabajo al que se incorporará”, explica la directora el Departament d’Orientació i Inserció Professional de la UIB, Maria del Mar Socias. Y lo más importante, advierte Socias, es saber transmitir estos valores en las entrevistas de trabajo, ya que la competición por una vacante es máxima.

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